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Entrevista a Rodolfo Ezequiel Rosingana
Entrevista a Ezequiel Rosingana, dibujante con más de 20 años de trayectoria, autor de Gravedancer.

Entrevista a Ezequiel Rosingana

Recientemente vio la luz Gravedancer, un libro de 104 páginas con guiones de Juli Lorente y editado por Cristian Blasco para Viajero del Alba. El nombre de Ezequiel Rosingana, su dibujante, tal vez le resultaba casi desconocido al lector argentino. No obstante, Ezequiel es un artista con más de veinte años de trabajo tanto en animación como en historietas mayormente publicadas en el exterior. Por eso, la publicación en nuestro país del primer libro íntegramente dibujado por él, fue una alegría, un acto de justicia y una buena excusa para realizarle esta entrevista.
Eso y que cualquiera que luzca un Corto Maltés tatuado en el antebrazo tiene que ser un gran tipo.

Facundo Vazquez– Gravedancer es el primer libro totalmente dibujado por vos que se publica en el mercado argentino. Contale un poco a los lectores sobre tus trabajos previos.

Ezequiel Rosingana– la historia es larga. En el 2002 comencé a trabajar como asistente en lápiz y color con Walther Taborda para Francia (Big Bill ha mort), EEUU (Sprekken) e Italia (Il uomo d’oro) hasta el 2005. Luego  me contratan en la produccion de  la película animada Martín Fierro de Fontanarrosa y dirijo el departamento de storyboards hasta el 2007. De ahí hasta el 2010 paso por varios estudios como asistente. Ese mismo año tengo mi primera oportunidad en la web realizando la serie “Odio y Rencor” para el sitio TERRA y luego doy un salto importante: comienzo con  la serie “Los Valencia” para el sitio Educ.ar del Ministerio de Educación, que se usa como material de apoyo en materias de Historia y Ciencias Sociales en la Escuela Primaria. Ambos trabajos contaron con guiones de Martiniano Cardoso, amigo y periodista que generosamente confió en mi estilo.
Durante tres años realicé más de veinte unitarios para Aurea Editoriale con guiones de Néstor Barron. A partir de 2014 comencé a realizar pequeños trabajos para el mercado independiente norteamericano, dibujando cómics de género: westerns, policiales y bélicas. En el 2016 empecé una serie que continua hoy y tiene varios tomos realizados hasta ahora: “Karl Vincent Vampire Hunter”, con guion y producción de Kevin Richard Given.

Diseño de personajes en algunos originales.

FV– Tu estilo se diferencia bastante de lo que estamos acostumbrados a ver en Argentina, tanto de lo que es la escuela clásica como comparándolo con las producciones más actuales. ¿Cómo lo definirías? ¿Considerás que esa marca personal hizo más difícil tu insersión en el mercado?

Ezequiel Rosingana– Yo me considero un dibujante clásico, me sorprende gratamente que no lo veas asi. Al menos mis fuentes de inspiración así lo son. Es cierto que desde siempre busque un estilo propio, aunque sigo incorporando nuevos conocimientos y mi estilo muta imperceptiblemente. Soy una especie de sanguijuela artística que incorpora a su bagaje todo lo que lee y ve. Principalmente de lo que se publica hoy. Y si, me ha costado mucho insertarme en el mercado, más en el yanqui si no dibujas superhéroes. La ventaja es que cuando encontrás tu lugar no paras de crecer. A veces es un escollo y otras una puerta de entrada. Aunque quisiera no podría cambairlo, llevo demasiado tiempo construyéndolo.

FV– Contanos un poco cómo es tu forma de trabajar desde el boceto hasta el color. ¿Qué partes del proceso hacés en físico y cuánto realizás en digital? ¿Trabajás igual en todos tus proyectos?

Ezequiel Rosingana– Desde el 2016 trabajo en digital la tinta y el color. Solo realizo el boceto, lo escaneo y todo lo demas lo hago en una pantalla digital. Igual dentro de eso hay variantes: En este momento estoy en un proyecto que graficamente seria un lápiz sucio y color digital. Luego le cambias el tono al lápiz, queda muy suelto, más natural que la tinta. La verdad es que pasarme al digital ha levantado mucho mi trabajo, lo potencia visiblemente.

Viñeta de Gravedancer.

FV– Sé que sos un tipo que lee, estudia y admira el trabajo de otros historietistas. ¿Cuáles considerás que son tus mayores influencias en la historieta y qué destacás de cada uno?

Ezequiel Rosingana– Es muy larga la lista jajajaja. Imaginate que comencé a leer historieta pura y dura a los nueve años con la edición de El Eternauta a color en fascículos en 1981. Me la regalo mi papá que era muy lector de historietas y me introdujo en ese mundo, el de Frontera, luego Tit Bits, Pif-Paf, Skorpio y Columba. Copié mucho las viñetas clásicas de Solano Lopez. Ya a los 11 años me explotó la cabeza el Corto Maltes. De ahí a Ticonderoga, Ernie Pike y Sargento Kirk sin escala.. A los 14 años (1985) empece a estudiar con Alberto Salinas y Carlos Pedrazzini en la Escuela de Garaycochea y bueno, estudie a Raymond, Robbins y Canniff, a Giraud/Moebius y a Manara. Obviamente Alberto Breccia con Mort Cinder, mi viejo me lo regalo a esa edad y me mató. Enrique Breccia también es muy importante en mi formación, Alvar Mayor me encanta. Y no puedo dejar de nombrar a Horacio Altuna. Pero del que mas aprendí y sigo aprendiendo es de Eduardo Risso, para mi gusto, uno de los mejores narradores de la historieta mundial sin duda alguna.
También me gustan otros norteamericnos como Kubert y Mignola. Además de algunos gringos nuevos de nombre poco conocido cuyo trabajo estudiop para no quedarme en el tiempo. Como te decía, yo sumo a mi estilo todo lo que veo que está mejor resuelto en otros autores. No te puedo decir específicamente que me gusta de cada uno, lo que si es que tienen un estilo definido. Digamos que tengo la misma búsqueda que ellos.

FV– Otra gran influencia en tu obra es el cine clásico ¿De qué manera lo incorporás? ¿Cuál es tu relación con el western?

Ezequiel Rosingana– El Cine es fundamental en mis historietas. Mi papá era muy cinéfilo y tengo una formación importante en el tema desde pequeño en mi casa. Tengo libros y revistas de crítica apiladas en mi estudio y las consulto todo el tiempo. Cuando era niño copiaba fotogramas de los libros de cine todo el día. Ocupa gran parte de mi tiempo el cine, incluso puedo ver dos películas por día tranquilamente. Los fines de semana me levanto a la madrugada a ver películas clásicas italianas, francesas y japonesas. De alguna manera dibujar historietas resume todo lo que me interesa: el cine, la historia, el dibujo y la literatura.

Cuando tengo un guion en mis manos lo primero que pienso es en las películas que me pueden servir como documentación e inspiración. En ellas encuentro la ambientación, el clima, los colores, la indumentaria, los personajes. Incluso algunos planos. Bajo pacientemente fotograma por fotograma, digamos que es un trabajo artesanal. Me encanta esa etapa. La previa, donde comienzan a tomar forma las imágenes en mi cabeza. Es el momento de imaginar, de crear. Nada es comparable a ese instante en la vida. Al menos para mi.

Especificamente para Gravedancer fui a los clásicos: The Searchers y She wore a yellow ribbon de John Ford. También otros clásicos de Howard Hawks, William Wellman, John Sturges, Henry Hattaway y Budd Boetticher. También Peckinpah, Aldrich y Clint Eastwood.

Me encanta el westerrn desde muy chico. Supongo que ahí canalicé siempre cierta pulsión agresiva que solía traerme quilombo en la escuela. De chico me gustaban las armas, mi viejo me regaló un rifle de aire comprimido a los 13 años y me gaste 300 balines en el patio de mi casa acribillando las paredes y las plantas jajajaja (mi mamá y mi papá odiaban las armas pero siempre me dieron la libertad de elegir  y decidir por mi mismo). Luego me formé en ideas politicas y cambie mi forma de ver las cosas. Con respecto al western los fines de semana me quedaba viendo Cine de Superaccion en la TV, dibujando cowboys y tomando café con leche. Ahora me doy cuenta de que viví varias vidas para volver al principio. Ahora hago lo mismo que hacia de niño: dibujo, leo, veo películas y tomo café con leche.

Proceso desde el boceto hasta el color.

FV– Eso nos lleva a hablar directamente sobre Gravedancer ¿Cómo llegaste a contactar con Juli Lorente? ¿Cómo fué la mecánica de trabajo? ¿Cuánto tiempo estuvieron metidos en esto hasta que lo terminaron?

Ezequiel Rosingana– Apenas abrí la cuenta de Instagram me escribió por privado contándome que le gustaba mi estilo y me ofrecía el guion y la posibilidad cierta de publicarla en Argentina a través de una editorial. La primera vez en veinte años de profesión así que acepte rápido. No es un género que hoy sea demasiado convocante. Lo que pasa es que Gravedancer rompe los limites del western para convertirse en otra cosa.  Era un desafio importante, yo estaba trabajando muchas horas y meterme en un proyecto de 104 páginas a color se veía complicado. Pero bueno, siempre he sido complicado. Soy capricorniano y zurdo de nacimieinto. Me gusta meterme en quilombos como cruzar el desierto con una cantimplora (risas).

La verdad es que Juli me dio el guion y tuve libertad absoluta para trabajar. Salvo algún detalle que se me habia pasado nunca tuve correcciones. La mejor manera de trabajar para un dibujante es la libertad. Pude unificar viñetas o agregarlas sin conflicto alguno. Pasa poco eso en general. El me dijo: el dibujante sos vos y sos el que sabe, yo no me meto. ¡Fantástico!
Nos llevó cuatro años el proyecto. Comencé de a poco en los momentos libres y en agosto del 2022 decidí que quería tenerlo para la Crack Bang Boom 2023. Entre febrero y Junio de este año comencé a trabajar entre 12 y 16 horas sin días libres hasta terminar. Todavía no pude superar el agotamiento, supongo que lo voy a lograr a fin de año en las vacaciones. 

FV– Estuve viendo algunas de las páginas que estás produciendo sobre la masacre de La Plata ¿Qué nos podés anticipar sobre ese nuevo proyecto?

Ezequiel Rosingana– Es un proyecto que nació de Hector Bellagamba, guionista de la Editorial Columba y productor de la novela grafica. Trata de varios hechos de violencia institucional en las postrimerías y durante la dictadura del 76. El staff es muy bueno, cuenta con grandes colegas: Gerardo Canelo, Sergio Ibañez, Marcelo Basile, Fabian Mezquita, Enri Santana, Edu Molina, Juan Romera y yo. Está en proceso de edición, seguramente en algunos meses este listo.

Anticipo del nuevo proyecto.

FV– Esto se relaciona con las otras páginas que publicaste en ¿Qué querés ser cuando seas grande? y Historias de desaparecidos y aparecidos por la tematización en la historia reciente de la Argentina con el foco puesto en la violación a los derechos humanos y la violencia institucional ejercida desde el estado. ¿Qué opinás de que la historieta argentina aborde cada vez más frecuentemente estos temas?

Ezequiel Rosingana– Es un tema que me toca muy de cerca: El Martes 12 de Abril de 1977 a las 21.30 hs en Gallo 3050 mi papá fue secuestrado de la puerta de mi casa por una patota de seis hombres en dos Falcon verde, enviados por un ex comisario casado con su prima hermana. El plan era matarlo para robarle un comercio que dejaba mucho dinero. Se salvó porque mi tío (que fue secuestrado solo por estar con él) se tiró del auto en movimiento en Avenida del Libertador.
Gracias a eso, mi viejo fue liberado nueve horas después, maniatado y encapuchado. Ese fue el comienzo de un calvario que duró hasta fines de 1979. Amenazas de nuevos secuestros, timbrazos a la madugada con mi mamá embarazada, sabotajes a sus negocios. Yo tenía siete años, digamos que es una marca muy profunda en mi persona.

Vengo de una familia muy politizada, por lo tanto la historieta y la política confluyen en mi de forma natural. Es más, mis primeras publicaciones tenían un carácter político. En el año 1998 entré a un grupo de artistas que confluían en el Centro Cultural de la Cooperación dirigido por Anibal Cedrón. Ahí comenzamos a realizar actividades artísticas contra el ALCA y el bipartidismo. Volvimos a instalar la figura de Ricardo Carpani en la calle mientras realizaba dibujos para periódicos de trabajadores. Luego fui más a fondo en mi participación política en la izquierda, pero esa es otra historia. Desde ahí hasta el día de hoy mi compromiso como dibujante con las luchas populares ha fluido en paralelo con el circuito comercial. Me ha traído muchos dolores de cabeza en lo laboral, pero no me importa. Con la realidad que nos toca hoy, va a ser muy importante seguir profundizando y aportando a la memoria colectiva. Sea como sea, pienso seguir dando testimonio en tiempos difíciles, como nos enseñó Rodolfo Walsh.

FV– Gracias por la entrevista, Eze. Y por brindarnos este testimonio tan personal.

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Entrevista a Ezequiel Rosingana, dibujante con más de 20 años de trayectoria, autor de Gravedancer.

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