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Entrevista a Marcelo Pulido
Entrevista a Marcelo Pulido, festejando 10 años de Historieteca

Entrevista a Marcelo Pulido

En diciembre, Historieteca cumplió diez años y nos reunimos con su editor, Marcelo Pulido para hablar sobre la brillante trayectoria de la editorial, su presente y sus proyectos a futuro. Quédense hasta el final de la entrevista y comenten que hay un sorteo impresionante.

Nota del editor: Facudo Vazquez, el entrevistador (FV) y Marcelo Pulido, el entrevistado (MP).

FV ─Antes que nada, felicitaciones por los diez años de la editorial. Se nos demoró la entrevista y casi la hacemos para los once. Pero antes de convertirse en un proyecto editorial, Historieteca era un blog ¿No? Se podría decir que empezaste en el palo de la difusión online así que tu experiencia nos puede servir a todos los que seguimos ocupando ese mismo espacio. ¿Cuáles eran tus ideas y objetivos en esa época? ¿Cómo ves la difusión de historietas hoy?

MP ─Empecé a meterme en el mundillo de la historieta con la difusión. Historieteca era un sitio, no un blog (tiempo después también tuvo su blog), cuando empecé no se habían popularizado los blogs. No había redes sociales. El sitio lo puse online en junio de 2002, después de unos meses de preparación. La idea básica del sitio era simple, que la gente se enterara qué había para leer, tanto de novedades como de publicaciones antiguas, y de autores. Siempre me pareció también que la historieta no tiene, dentro de la cultura, el lugar que su tradición y sus autores merecen.

La situación era muy distinta a hoy, Internet no tenía tantos contenidos, como dije, no había blogs ni redes sociales, era mucho más difícil enterarse de lo que iba saliendo. Que tampoco era tanto, salían muy pocas publicaciones en esos años. Eso también cambió, con la diversidad de editoriales independientes que hay hoy.
El sitio empezó con varias secciones, que de a poco fueron creciendo, siempre con la idea base de informar qué se podía leer. Llegó a tener muchas visitas, y de algún modo ser una referencia.
Lo hice hasta poco después de lanzar la editorial, cuando esta y mis ocupaciones personales me restaron tiempo y, por otro lado, habían surgido los blogs y redes sociales, con lo cual cada actor tenía rápidamente su canal de difusión propio.
Viendo el panorama hoy, con la multiplicidad de canales de difusión, que casi obliga a una gran recorrida por muchas páginas, y uno finalmente no se entera de muchas cosas, por ahí estaría bueno algo como aquel sitio, que aunaba las novedades de manera ordenada.

FV ─¡Ey! ¡Estamos nosotros!

MP ─Sí, hay muchas páginas con muy buena información. También está la página de cada editorial y su presencia en las redes sociales pero al final, hay que rastrear la información en tantos lugares distintos que siempre hay cosas que se te escapan. A mí a veces me llega material al negocio que ya está publicado hace rato y yo ni sabía que existía.

FV ─Sí, a nosotros también nos pasa. Por más que uno trate de estar informado, siempre hay cosas que pasan debajo de tu radar. 
Bien… y después de administrar el sitio pasaste directamente a publicar los primeros álbumes. Creo que el primero fue nada menos que “La burbuja de Bertold” que había sido distinguida en Francia y enseguida no más seguiste con “Boggart” de CarlosTrillo y Horacio Domingues ¿Cómo recordás esos primeros días tirándote a la pileta de la edición? Encima con semejantes proyectos, con esa calidad y esos nombres

MP ─El primer libro fue “La Burbuja de Bertold”, en diciembre de 2009. Eran autores premiados, y me resultaba increíble que las editoriales importantes de acá no mostraran interés en publicarlos (esto no cambió mucho hoy con las grandes editoriales). Y el otro era de Trillo, guionista que siempre me gustó y que tenía mucha obra inédita en Argentina.

Traté de que los libros estuvieran editados lo mejor posible. Se me ocurría que una buena edición ayudaría a vencer ciertos prejuicios a los que la historieta siempre estuvo sometida. Con esos primeros álbumes me pude dar algunos gustos que a mí me enorgullecen mucho a nivel personal. Por ejemplo que dos autores de la relevancia y trayectoria de Emilio Balcarce Horacio Domingues tuvieran su primer libro publicado en Argentina.
Después todo es aprendizaje, con un contexto siempre cambiante. Vas aprendiendo sobre la marcha. Hoy a diez años las cosas son diferentes, con muchas más editoriales pequeñas, eventos, y autores mostrando sus trabajos de diversas formas. Entonces también te vas acomodando a eso.
Mantengo siempre la idea de hacer ediciones cuidadas, y si es posible, a veces acompañarlas con algún extra que contribuya a la edición, y dé algo de contexto. Creo que la lectura de una obra se enriquece con el contexto.

Algunos de los primeros álbumes de Historieteca.

FV ─En ese momento, comenzaron a publicar varias editoriales y parecía que cada una cubría una porción del mercado: Loco Rabia hacía libros en formato chico, Comic.ar sacaba su periódico/magazine y vos tenías los álbumes más lujosos y en tamaño europeo. Con el tiempo parece que el mercado evolucionó hacia un formato casi único que es el librito de entre 60 y 100 páginas. Me gustaría saber cuál es tu formato favorito y, en tu experiencia, cómo funciona cada uno en nuestro mercado.

MP ─Si fuera por elegir creo que todos elegiríamos un formato grande, donde el dibujo se aprecie mejor. No es posible, los costos no lo permiten, y el precio de venta sería más alto. Prácticamente el doble. Por eso casi todo lo que se publica es en el mismo tamaño, diríamos el estándar de hoy.
Lo de funcionar o no es cambiante. Como señalás, antes había menos editoriales, con lo cual un buen título tiene más probabilidades de destacarse, independientemente de su formato (y sus costos). Hoy en día hay mucha más oferta, por suerte, y me parece que un formato u otro no es decisivo para el lector a la hora de elegir, creo que más bien se siguen autores o propuestas estilísticas o narrativas.

FV ─Después de los siete álbumes que durante un tiempo fueron el buque insignia de la editorial, vos abrís dos colecciones para editar material que, más lejana o más recientemente, ya fue publicado en el país. La Historieteca Clásica y la Colección ReLecturas. Casualmente los cinco títulos que compusieron esas colecciones habían salido en distintas encarnaciones de “Fierro”. ¿Cómo ves la relación entre la edición de libros y las revistas de antología? Porque yo (y casi todos los lectores que conozco) prefiero leer las historias completas en un libro pero a veces pienso que si no hubiera existido la revista, probablemente el libro no existiría. Pienso, por ejemplo, en “Malandras” donde la estructura episódica está muy presente.

MP ─Lo que pasa es que son distintos contextos de producción. Aquí la historieta se hacía para revistas. Podían terminar en libro, pero no era su finalidad. Desparecidas las revistas ya los autores empiezan a producir mayormente con el formato libro, o novela gráfica, como fin. Aunque se pudieran publicar seriadas en la última “Fierro”, la concepción era para el libro. Y los nuevos lectores, las nuevas generaciones, ya crecieron sin revistas en los quioscos, naturalmente son lectores de libros.
Lo que permitió la última “Fierro” fueron varios años de nueva producción. No es lo mismo para un autor producir porque sí, que con una posibilidad concreta de publicación. Y esos años dieron a los editores muy buenas posibilidades para un libro.
Ni hablar de todo lo que se puede rescatar de las viejas revistas. En ese sentido la edición nacional tiene una deuda pendiente, hay mucho material muy valioso del siglo pasado que espera su merecido rescate, por no decir que hay cosas que directamente están cayendo en el olvido.

FV ─¿Tenés planes para continuar alguna de las dos colecciones o sin “Fierro” no tiene sentido?

MP ─Sí, de hecho este año debería salir uno nuevo de ReLecturas, de los que ya tenía conversados y que por un motivo u otro no salieron.
Lo mismo con la Clásica, que me ha proporcionado otras satisfacciones. Por ejemplo, publicar “Custer” que las editoriales europeas se peleaban por tenerla en su catálogo y en Argentina seguía inédita. Siempre hay títulos como ese rondando por la cabeza así que en algún momento sacaremos otro.

FV ─Más allá de lo que son títulos, autores, modas y formatos, publicar en Argentina durante más de diez años siempre es una aventura por los vaivenes económicos ¿Cómo caracterizarías los distintos periodos que te tocó atravesar como empresario? ¿En algún momento, alguna crisis te hizo tener ganas de mandar todo al diablo y cerrar el kiosquito?

MP ─Empresario sería un exceso. Como dije antes, la situación fue cambiando con el tiempo, se aprecia no solo como editor, como lector o aficionado también.
Cuando empecé el sitio, en 2002, prácticamente no había nada que poner en la sección de novedades. Nuestra, ya para entonces pequeña, industria editorial de la historieta había prácticamente desaparecido, con muy escasos sobrevivientes, vía crisis, importaciones, modelos económicos y cambios de hábitos de consumo.
Cuando empecé con la editorial, siete años después, ya había pequeñas editoriales independientes (por lo general empezando como autoediciones), y hoy hay varias más, algunas con catálogo más numeroso. No es lo mismo sacar un libro en un momento que en otro, con una o dos novedades mensuales, que con varias, porque el público lector todavía no creció en la misma medida que la oferta.

Uno va acomodándose a los cambios, ajustando, viendo formatos, tiradas, oportunidad. Hay momentos de mayor desgaste, la distribución es siempre un problema, en los últimos cuatro años la economía, y los costos, no ayudaron. Pero en definitiva uno está en esto porque le gusta, así que a acomodarse, paciencia, y seguir adelante.

Colección ReLecturas.

FV ─Cuando empezamos a hablar de hacer esta entrevista, te pregunté si tenías pensado hacer algún tipo de evento o festejo por los diez años y me dijiste que el plan era sacar un libro con guiones tuyos y que, para vos, ese iba a ser el festejo. Confieso que en ese momento, tu respuesta me decepcionó un poco. Pero al final, el libro fue “¿Qué querés ser cuando seas grande?” y si esta entrevista se hiciera con público, acá la gente se pararía a aplaudir. Probablemente, el mejor libro del 2019. Contanos como fueron tus experiencias incursionando en el terreno de los guiones y trabajando con tal selección de dibujantes.

MP ─Muchas gracias por el desmedido elogio.
En cuanto a un posible festejo, o muestra, o algo así, no es lo mío, soy de perfil más bajo, y no me daban mis tiempos para embarcarme en algo así. Con el libro ya en camino, me pareció que, en lo personal, era una linda coincidencia como para ponerlo como celebración de los 10 años de la editorial, sin hacer demasiado alarde.

Como guionista y editor tenés una desventaja y una ventaja. La ventaja es la absoluta libertad, la desventaja es que nadie te dice si la estás usando bien. En ese sentido, para el primer guion, quería un aval, alguien que dijera que era publicable. Le mostré a Javier Doeyo el guion de “El Manuscrito” -que después dibujó José Massaroli– y le interesó. Finalmente lo coeditamos.
Como guionista me enfrentaba a un par de cuestiones. La primera, por supuesto, estar a la altura para hacer un homenaje a HGO, que no es poco. Después, quería que el homenaje funcionase en distintos niveles, quería homenajear al autor, al militante, al hombre comprometido, y a su obra. Pero además quería que la forma de la historieta fuera a su vez un homenaje, que fuera una aventura, de lectura ágil, como un capítulo suyo que hubiera salido en alguna de sus revistas digamos. Un poco siguiendo esa especie de manifiesto que él publicó sobre cómo hacer buena historieta.
Con José nos juntamos a charlar el guion, y estuvo en sintonía con lo que estábamos contando.
Ya para ¿Qué querés ser… la elección era otra, y otro el desafío. Me parecía que la propuesta formal tenía que ser distinta. La principal dificultad es que las historias que quería contar eran mínimas, cotidianas, hasta rutinarias, y dado el tema, me parece que no había que recurrir a las convenciones de guion, no quería adornarlas, y el problema era cómo hacer esas historias mínimas interesantes para el lector. Recuerdo haberlo charlado con algunas personas mientras lo elaboraba, y sí, se planteaba esa dificultad.

Creo que lo conseguimos, que funcionan. Yo confiaba también en que el conjunto de las historias, el libro, potenciara también el sentido de cada una. De algún modo, pretenciosamente, como si fuera una novela gráfica que tiene por protagonista a la sociedad.
Está claro que si funciona es por el impresionante trabajo que hicieron los dibujantes, todos hicieron contribuciones importantes. Hablé con cada uno, para charlar las ideas, y marcar algunas cosas que me parecían muy necesarias. Y después confíe en la mirada de ellos, porque esa mirada se sumaba a la mía, en algo que nos pasó a todos.
Por suerte la respuesta que tuvimos fue muy linda, mucha gente nos dice que se ha sentido tocada, emocionada, por las historietas.

FV ─Y no solo habrá sido una experiencia creativa por el ida y vuelta con los dibujantes sino que por su temática, te puso en contacto con los testimonios de muchas personas que sufrieron el terrorismo de estado durante la última dictadura militar. Pero no es el único caso en el que te jugás a publicar material que implícita o explícitamente se mete con temas comprometidos como “Subcomandante Marcos”. ¿Sentís que el arte tiene que tener un compromiso con la realidad?

MP ─Algo curioso con “¿Qué querés ser…” es que después de publicarlo, se me acerca gente y me cuenta vivencias de aquella época. De algún modo el libro dialoga con cada uno, en un tema que nos sigue afectando.
Son varios los libros que publiqué que tienen contacto con la realidad, un costado político. En algunos casos es más explícito, claro.
Respondiendo la pregunta, creo que sí, que el arte tiene compromiso con la realidad. Sea de forma explícita o implícita, a la vista o subyacente. Se puede decir que todo arte es político, sea por lo que dice o por lo que calla.

FV ─Mucha gente me dice que ese libro tendría que darse en las escuelas

MP ─Bueno. Dales las gracias de mi parte a los que te dicen eso. Ojalá llegue a ocurrir algún día. Creo que es un libro que les puede aportar a los jóvenes pero a la vez no subestima al lector con una bajada de línea.

FV ─Para ir cerrando: ¿Cómo ves el futuro cercano de la historieta argentina en general y de Historieteca en particular? ¿Nos podés adelantar algo de las novedades que tenés en mente para el 2020? 

MP ─Siempre es difícil aventurar el futuro. Lo que veo hoy es mucha gente haciendo cosas, con ganas de hacer cosas, eso no puede dar más que buenas perspectivas. O sea nuevas historietas para leer.
Y ojala, en la medida en que se vayan estableciendo pequeñas editoriales, y vaya creciendo el público, podamos ir saldando la deuda con la enorme tradición de la historieta argentina, reeditando algo de ese valioso material, que es nuestra cultura.
En lo particular seguiremos con nuestro ritmo. Este año nos ponemos al día con “Moonshine 2”, continuamos con nuestra línea de humor gráfico con “La Caja 2” y sumamos a Sáenz Valiente, seguimos con el lujo de publicar a Alcatena y sumamos otro lujo con Mandrafina. Esperamos poder cumplir con todo, y si hay suerte, sumar algo más de lo que tenemos. No me gusta comprometerme a cosas que no se pueden cumplir en lo inmediato.

FV ─¿El más próximo?

MP ─ “Juan Saenz Valiente: El Comics” que está a punto de salir en una preventa compartida con la editorial Tren en Movimiento que está rescatando los trabajos que el autor había publicado en fanzines.

FV ─Muchísimas gracias, Marcelo. Por muchos años más de buenas historietas.

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