Distrito Tezuka: Grand Dolls
¿Puede un autor a finales de los años 60 tratar -y poner- sobre la mesa temas tan complejos, diversos y profundos para la humanidad como la identidad, la influencia de las masas y los medios de comunicación, la confianza con los pares, la organización política y la fuerza de voluntad propia… en una obra de 230 páginas? ¿Y agregando en el camino una masterclass de narrativa, toques de humor y coyuntura en un contexto de ciencia ficción clásica? Sí puede. Ese autor es Osamu Tezuka y su obra se llama Grand Dolls. Y esto es lo que estamos por analizar en este nuevo capítulo de Distrito Tezuka.
Contexto
Grand Dolls (グランドール, Guran Dōru ) se serializó de enero a septiembre de 1968, en la revista Shonen Book de la Editorial Shueisha, que dejaría de existir en 1969, dejando su lugar a la Shonen Jump de salida quincenal, y que luego pasaría a ser semanal y a llamarse Weekly Shonen Jump. En esta revista, el maestro ya había publicado varias obras anteriormente. La primera fue Shinsengumi, luego vendría Big X. A continuación publicaría la obra que hoy analizaremos, y por último sería el turno de Vampire (y sí, todas estas obras tendrán su reseña más adelante).
Dos años antes de la publicación de este manga había ocurrido el Agosto Rojo. Un hecho histórico que tuvo lugar en Pekín y que dio pie a la Revolución Cultural China, en el cual ocurrieron múltiples manifestaciones y luchas en las calles, que dejaron como saldo masacres indiscriminadas a ciudadanos. Este contexto es utilizado por Tezuka a manera de prólogo para arrancar la historia, que tendrá como base la ciencia ficción, pero se encargará de tratar variadas temáticas humanas y existencialistas en una narración que no aburre nunca.

Introducción
Esta obra comienza con un prólogo, un tanto extraño, en el que nos encontramos con un periodista japonés (el cual nunca sabemos su nombre), que está en Pekín cubriendo los acontecimientos que dieron pie a la Revolución Cultural China, pero al intentar entrometerse en los asuntos del país asiático, es deportado y devuelto a Japón. En esta situación, dicho periodista se encuentra con dos misteriosos muñecos abandonados en el suelo, idénticos, pero lo llamativo es que uno lo encontró en Pekín y el otro en Haneda, al llegar a su país natal.
Luego de esto la historia se enfocará en nuestro verdadero protagonista (cosa que aclara el mismo autor a través del recurso de la voz en off). Tetsuo Utsuki, un estudiante japonés al que sus compañeros apodan Tecchin, y resulta ser hijo del periodista que vimos anteriormente. Este chico se caracteriza por no demostrar una personalidad propia, y siempre actuar u opinar de acuerdo a lo que considere la mayoría, ya que no acostumbra a las confrontaciones o discusiones.
Su vida cambia drásticamente, cuando luego de salir de la escuela, ensimismado en sus pensamientos, se encuentra con una niña tirada en el suelo, aparentemente muerta, en plena calle. Tetsuo se asusta y sale corriendo a buscar ayuda. Al volver con un oficial de policía se encuentran con que el cadáver ha desaparecido y en su lugar se encuentra un singular muñeco (igual a los que ya hemos visto en el prólogo del periodista), que decide llevarlo consigo a su hogar. A la mañana siguiente, el muñeco comienza a transformarse en la niña que vimos previamente.
La niña le explica que ella es un Grand Doll, y que su nombre es W-moripinarias 79816. Los Grand Dolls son como una especie de muñecos robotizados, idénticos a los humanos y repartidos por todo el mundo, que llegada la ocasión, deben obedecer las órdenes que se le dan sin posibilidad a negarse. Estos forman parte de un plan alienígena superior, que intenta colonizar la tierra, reemplazando a los humanos. A todo esto, además le revela a Tecchin que él también es un Grand Doll, y que su nombre real es X- Wimuhelate 55371.
De esta forma, Osamu Tezuka nos irá contando un relato que combina humor con conspiraciones, ciencia ficción con coyuntura y crítica social, mientras aborda temas tan complejos como diversos y sobre todo humanos.
La Obra
Lo más sorprendente que me encontré a la hora de leer este manga es la gran cantidad de temas tan profundos y diversos que trata en tan poco espacio, y la forma en la que los utiliza.
Como tema central podemos decir que esta obra se ocupa sobre el concepto de la identidad, sobre que somos o que creemos que somos, o como nos dejan ser, teniendo en cuenta las influencias y presiones sociales a las que nos enfrentamos constantemente en la vida.
Este tópico es encarnado en el personaje principal, Tetsuo, que arranca siendo un simple estudiante timorato, que se adecua a la opinión de los demás y no los confronta. Dicho personaje va teniendo un desarrollo muy interesante, en el cual, poco a poco va enfrentando (porque la situación así se lo demanda), a distintos conflictos, priorizando su personalidad y lo que él cree que es correcto. Demostrando una fuerza de voluntad irrompible y muy necesaria en las situaciones de crisis.

Este dilema se entiende claramente teniendo en cuenta la época en la que fue desarrollada esta historia. Una época en que en Japón, eran moneda corriente las manifestaciones y pedidos de justicia de todo tipo (por parte de estudiantes principalmente). Manifestaciones en contra del imperialismo americano, la guerra de Vietnam y la devolución de Okinawa al gobierno japonés, o incluso casos de terrorismo que ocurrieron en aquel entonces. Pasaba de todo, se respiraba en el aire una sensación de lucha constante, ya proveniente de lo que ocurría en la Revolución China, y en esta obra se siente constantemente, rodeando a los personajes y sus desarrollos, ocupando un tema central en la trama principal.
Este contexto, a la vez, abre las puertas a diversos conflictos internos que pueden ir apareciendo y son muy bien representados en este manga. Desde las influencias que provocan las masas al individuo, como se ve en la actitud de Tetsuo, o luego cuando en ambos bandos en lucha, se encuentran los Grand Dolls, que escondidos a la vista de todos, promueven solamente la violencia y el descontrol social, o el odio entre los mismos ciudadanos. Este escenario es aprovechado por el mangaka para dar su punto de vista en contra de los conflictos armados, añadiendo a esta la importancia de la preservación de la identidad personal y colectiva frente a la alienación, el imperialismo y la apropiación cultural.
Toda esta base coyuntural anteriormente mencionada que nos ofrece Osamu Tezuka, el las utiliza adrede, como recurso narrativo, al cual las llama “píldoras de cotidianeidad”, con las cuales, a través de temas que son reconocibles claramente, puede atrapar a aquellos lectores no tan habituados al género de la ciencia ficción o al manga como consumo cultural. A esto hay que agregar la influencia que tuvo en él, The Body Snatchers (La invasión de los ladrones de cuerpos o Los invasores de cuerpos), una novela de ciencia ficción escrita por Jack Finney y publicada en 1955, que tuvo varias adaptaciones al cine a través de los años.
Otra cuestión muy bien desarrollada es la desconfianza que se produce entre los mismos personajes, ya que no saben quien es realmente humano y quien es un muñeco conspirando en su contra. Me recordó a la sensación que te produce ver La Cosa de Carpenter. Dicho recurso ayuda al desarrollo de escenas de lucha, suspenso o traiciones y engaños, lo cual hace más entretenida la lectura.
Por otra parte, a través del personaje del periodista, el autor nos habla de la relevancia de los medios de comunicación en la sociedad, los cuales pueden ayudar a descubrir la conspiración y al bien de la humanidad, o a ayudar a los invasores a lograr su objetivo, utilizándolos, para cambiar el punto de mira de la ciudadanía hacia otros temas.
Una vez que se devela el verdadero villano de la obra, se nos representa al poder en sí mismo, un poder superior, que, aunque cambie su cara ( como cambian los grand dolls) va a seguir estando presente, y como este puede abusar de su poder y autoridad, aprovechándose de la alienación que tienen los individuos que apoyan dicho poder.

Con respecto al dibujo podemos observar, como siempre, el diseño de personajes a lo Walt Disney del autor, pero sumado a esto se observan varias veces, planos generales en donde nos muestra multitud de personas dibujadas de manera simple, lo que nos da la percepción de tumultos y conflictos sociales, que nos transmiten el fervor que se vivía en aquel entonces.
Publicaciones
Además es admirable el uso que le da a las líneas cinéticas en distintas situaciones de acción, lucha o desenfreno, y le da una narrativa muy fluida, en ocasiones cómica cuando, durante el transcurso de la escena, agrega algún gag totalmente fuera de lugar, pero que de igual manera resulta gracioso.
Sumado a esto, se advierten momentos en que el maestro, en una página demuestra la gran capacidad que tenía para la elipsis, en donde en una secuencia de viñetas pequeñas nos hace entender como ha pasado el tiempo, sin perder demasiado tiempo en el uso de detalles o dándonos información que ya conocemos.
Algo que me llamó muchísimo la atención es que, en una escena el ángulo visual que se utiliza es de tipo nadir, el cual rara vez se ve en el mundo del cómic, pero en este caso le da una gran intensidad a la escena sumándole suspenso y tensión de manera excepcional.

También, en otro momento en una escena de tensión, en mitad de la página el sentido de lectura cambia de vertical a horizontal, lo cual ayuda a identificarnos con la sensación que tiene el personaje en ese momento de la historia.
Podemos agregar a esto que, nuevamente rompe la cuarta pared, esta vez logrando una complicidad con el lector pocas veces vista, en donde aparece él mismo interrumpiendo una escena o los personajes hablan de él siendo conscientes de su autoría. Se nota como el maestro iba probando, cambiando y experimentando constantemente en lo que refiere a la narrativa, y de este modo siempre te sorprende.
Lo criticable de esta obra puede ser que, el final y ciertos momentos de la historia se vuelven muy previsibles, además de que las resoluciones de algunos conflictos y el final mismo se vuelven un poco simples y hasta inocentes. Pero teniendo en cuenta todos los temas que aborda y lo que se disfruta su lectura por su nivel de narrativa y secuencialidad es más que recomendable en sí. A esto, se le puede agregar que en un par de ocasiones, la manera de dar la información necesaria a los lectores para continuar desarrollando la historia, se vuelve muy evidente, provocando de esta manera grandes bloques de texto que entorpecen un poco el disfrute de la lectura.
Para finalizar, podemos decir, siendo un poco bastante injustos, que estamos ante una obra de las menores del Dios del Manga (teniendo en cuenta las joyas que nos regaló durante su carrera), pero no deja de ser una lectura más que llevadera y muy recomendable, sobre todo por lo abarcativa que es respecto a todos los temas que trata y cómo se desarrolla en términos generales. Ideal si quieres leer una obra entretenida, no tan extensa y que te de varios puntos de partida para reflexionar.

Cambio de sentido de la lectura dentro de la misma página. Solo a Tezuka se le pueden ocurrir estas cosas.
PUBLICACIONES
La obra ha sido lanzada por primera y única vez al español por la Editorial Planeta en 2021, en su colección Biblioteca Tezuka que viene publicándose desde hace ya varios años. Cuenta con 240 paginas en blanco y negro y tapa dura.
Imagen de portada de la nota
Ángulo rara vez utilizado, que llena de tensión la escena.
Osamu Tezuka interviniendo en la pelea, porque hasta a él se le fue de las manos.
Elipsis donde simplifica la trama mientras le agrega humor.
Cambio de sentido de la lectura dentro de la misma página. Solo a Tezuka se le pueden ocurrir estas cosas.

Este gag si que me dio mucha gracia.

