“La última comedia de Paolo Pinocchio” de Lucas Varela
“Lucas Varela nos arroja de vuelta al averno profundo que es la vida y obra de su incorregible Paolo Pinocchio.
Esta vez Paolo se enfrenta al mismísimo Lucifer, en una historia épica y laberíntica en la que su destino, el de Dios y el del Infierno se entrelazan. Ya no se trata de pequeños episodios desvinculados, de pequeñas travesuras metafísicas: ahora Paolo deberá batallar contra fuerzas cósmicas que lo superan ampliamente en poder.
Un viaje mitológico imparable a través de un indescriptible pandemonium gráfico” – Hotel de las Ideas

Nominado a los Premios Cinder 2023 tanto como “Arte Integral“, como así también “mejor Obra para público adulto“, “Mejor Portada” y “Mejor edición“…
Para empezar, tendríamos que contar quién es este personaje. Paolo Pinocchio es, como su nombre lo dice, una representación del clásico personaje mentiroso que todos conocimos en nuestra infancia y que todavía hoy sigue vigente. Pero Lucas Varela logra convertirlo en un protagonista egoísta que se vale de su único “poder” para salir ileso de los problemas en los que se mete.
La fuerza del relato original radicaba sobre todo en eso, el chiste era que por más inescrupuloso que fuera, Paolo siempre se salía con la suya, aunque tuviera que dejar a su compañero de turno en el camino, lo que le daba un tono irónico y mordaz a cada chiste.

Entremos en esta Última Comedia
Podríamos decir, para empezar, que entramos en el multiverso de los Paolos Pinocchios. Cuando lo estaba leyendo le dije a nuestro querido Editor que el autor se había vuelto existencialista en esta historia y algo de eso hay. Espero que ambas afirmaciones queden claras al final de esta breve reseña.
En ese primer capítulo conoceremos al titiritero, quien falto de inspiración pide ayuda a la musa. Ella le entrega “El sello de las musas”. A partir de ahí conocemos al antagonista de esta historia, una serpiente que en los comienzos de la creación convence a un grupo de peces para que se alimenten del ave favorita de Dios, dándole el poder de ser “El Adversario”.
Con diálogos casi filosóficos entre los peces y la serpiente esta les promete el oro y el moro a cambio de ese pecado el cual, como debe ser, tendrá sus consecuencias.

Dios al enterarse de que su ave favorita está muerta, se deprime y quiere tomar represalias en contra del Adversario, teniendo a su vez que enfrentarse al Caos que lo amenaza todo el tiempo. Decide buscar al titiritero, quién estaba creando un muñeco, para pedirle una máscara con la cual maldecir a su enemigo. El titiritero luego de ese encuentro decide utilizar el sello como nariz de ese muñeco que había creado y salvarlo de la destrucción, así es como nace Paolo.
A partir de ahí empiezan las aventuras y las idas y venidas en esta lucha entre ambos personajes, lo que nos mete en una trama de aventuras bastante clásica pero muy entretenida que nos mantiene atados a la historia hasta el final de sus casi 200 páginas. Entrar en más detalles es arriesgarme a develar sorpresas que solo tienen valor leyendo la historia.
Y acá llega mi explicación de porqué digo que esto pertenece a un multiverso de Paolos: El personaje que vemos en esta historia no es el Paolo Pinocchio al que estamos acostumbrados, este personaje es mucho más respetuoso de los demás y funciona más como un héroe de historietas que el clásico, aunque si me lo dejan pensar un poco también podríamos intuir que esta es una historia de origen y que el personaje recién comienza su andadura por la existencia, para más adelante convertirse en ese títere con tintes malévolos que tanto nos divierte.

En resumen: La última comedia de Paolo Pinocchio, es una historia que deja lugar a la libre interpretación de quién la lea, dándonos un buen rato de entretenimiento y un apartado gráfico que sigue perfectamente la línea del libro anterior haciendo que pueda ser leído como una misma obra. Un libro recomendable para los seguidores de Lucas Varela y también para los amantes de una buena historieta, con una hermosa edición por parte de la gente de Hotel de las Ideas.