Lecturas para Halloween 2023
No hay un momento puntual para leer historietas de terror. Para quien le gusta, todo momento es válido. Pero en Halloween también es cuando más se promueve al género, así que como ya es costumbre (mía), voy a recomendar algunos títulos que pueden haber pasado bajo el radar de muchos, o aún son novedades y escasean de buenas referencias. Con la idea de abarcar la mayor cantidad de aspectos, temáticas y públicos, les traigo mis cómics destacados del año que puedan entrar en el género. Son 7, no hay mucha razón por ello. Sin orden particular, arrancamos con los recomendados:
“#DRCL midnight children” de Shin’ichi Sakamoto

“A match made in heaven”. Así definiría el trabajo de Shin’ichi Sakamoto adaptando Drácula. Si bien es una adaptación libre, se mantiene el contexto de la obra original y es una de las cosas que más explota el autor de Innocent, con su dibujo lleno de detalles, ideal para el carácter romántico de la obra.
Sakamoto decide empezar la obra con el fatídico viaje en barco, con unos primeros capítulos metiéndonos de lleno en el misterio y sacando sus armas a relucir (y a sus asistentes, hay que admitirlo). Cuando el barco llega a las costas de Inglaterra, aparecen los verdaderos protagonistas, Mina Murray, la única estudiante mujer en la institución, y su grupo de amigos adolescentes. Con esto logra una forma más coral del relato y explora a los diferentes personajes en su intimidad y relaciones, y no teme realizarles cambios de género o etnia. Por momentos parece una historia de chicos del instituto, con algo de “coming of age”, con un preciosismo surreal.
En líneas generales Sakamoto hace cambios notables pero puntuales, manteniendo y aprovechando la atmósfera de la novela, llevando la historia por donde le parece más interesante, quizás con algún salto que otro, pero siempre entretenido.
“Museum” de Ryousuke Tomoe

No podía faltar en la lista una típica de “asesino con consigna” como me gusta llamarlo: asesinos que eligen a sus víctimas o cumplen rituales posteriores siguiendo algún lineamiento o premisa particular, que puede ser castigarlos, o ser parte de su “obra”, o por comprar helado de menta. Cualquier excusa es buena para el asesino serial.
En ésta ocasión el criminal viste una máscara de rana y su método de tortura y posterior asesinato se relacionan con algo del pasado de las víctimas. El encargado del caso es el detective Sawamura, que está pasando por un quiebre en su matrimonio y mientras intenta descubrir cuál es la conexión entre las víctimas, encuentra que indirectamente él también está relacionado. La influencia de Saw o Seven es innegable, y quizás peca de falta de creatividad, el aficionado a las historias de asesinos seriales quizás no encuentre la historia como algo original, pero el ritmo y suspenso compensan todo ello y lo hacen una lectura muy entretenida.
Museum actualmente se publica en Argentina a través de Ivrea, en un formato bastante accesible.
“Dark Ride” de Joshua Williamson y Andrei Bressan

Antes de expandirse a lo largo del universo DC, Williamson escribió Nailbiter, una serie imprescindible en la temática de asesinos seriales, comic un tanto perturbador y con buen manejo de intriga. Pero a fines del año pasado, y dejando de lado un poco las capas y máscaras, el guionista californiano vuelve al terror con un concepto muy visual y lleno de giros.
Al comienzo conocemos a Arthur Dante, un dibujante sin trabajo debido a no querer comprometer su visión artística (la cual es muy creepy). La situación que lleva a frustración tras frustración saca lo peor de él y tras una discusión acalorada asesina a su esposa. Al momento de esconder el cuerpo, una voz lo llama y le propone cumplir su mayor deseo.
El relato ahora nos lleva al presente, al parque de diversiones con temática de terror Devil Land, que ha sido muy popular por casi cincuenta años, destacando su atracción principal Devils’ Due. Pero el parque necesita algo nuevo para atraer al público. Para Samhain Dante, hijo mayor de Arthur y manager del parque, éste es el menor de los problemas. La desaparición de un fan dentro del parque, sus problemas familiares y los secretos del padre comienzan a aflorar, haciendo un infierno de su vida.
Dark Ride es un cúmulo de temas debajo de su superficie llena de referencias a películas. El legado, la familia y el deber son los primeros que convergen en el conflicto. La resolución terminará de consolidar qué clase de persona Samhain es en el fondo.
“Colder” de Paul Tobin y Juan Ferreyra

Originalmente publicada por Dark Horse, y en Argentina (en su totalidad) por Comic.ar, Colder nos cuenta la historia de Declan Thomas, un ex paciente de manicomio que permanece en estado catatónico por casi cincuenta años y con una temperatura corporal muy baja. Haciendo de enfermera (aunque no hay mucho para hacer, pero la historia necesita dos protagonistas), se encuentra Reece, una joven que se apiada del estado de Declan y decide atenderlo. El antagonista principal, Nimble Jack, conoció a Declan en el manicomio, pero él no era un paciente más, sino un ser que se alimenta de la locura y Declan le parece un “plato” especial. El despertar de Declan es el disparador de la historia, y el de un sin fin de situaciones tan extrañas como horrendas.
El guion de Tobin (de los tres volúmenes mejor dicho) tiene varias ideas interesantes, raras y que pueden ser un poco repulsivas (en el mejor de los sentidos). Nimble Jack se maneja entre mundos, es cruel y un tanto payasesco, y tanto él como el segundo villano, mueven el plot más que los protagonistas, y en éstos últimos es donde pueden haber alguna falencia. Declan Thomas es más interesante por su pasado, al que se vuelve constantemente, y Reece comienza sin una personalidad aparente y se va adaptando según sucedan los hechos.
Lo que sí funciona muy bien, y te mantiene más que entretenido, es el trabajo de Ferreyra. Desde lo tenebroso y los escenarios climático, hasta la acción, la violencia y un poco de horror corporal, Ferreyra se apropia del guion de un modo que no muchos podrían plasmarlo tan bien. Incluso juega con las páginas, buscando nuevas opciones narrativas o algún que otro guiño formal.
Lamentablemente el guion sobrevuela los temas relevantes y podría haber hecho un poco más desde su lugar, pero si te gustan los terrenos que Salvador Sanz suele explorar, Ferreyra te ofrece un viaje visual de las mismas dimensiones.
“Heridas abiertas vol.2: sangre” VV.AA.

De nuestros pagos tenemos “Heridas abiertas vol. II” editado éste año por Pi Ediciones. En la nueva entrega la antología trae una selección de historias, algunas con mayor vuelo que otras, pero que, considerando una extensión que generalmente limita el desarrollo, las ideas están bien expresadas. Dicho esto, lo mejor que tiene el libro es la variedad temática y el nivel de los dibujantes. En éstas seis historias iremos desde una leyenda sobre un artista en medio de un bosque, hasta una nave espacial encargada de lo restante de la raza humana, pasando por un culto de viejas y un samurai imparable.
Tengo mis preferidas, como La última sesión de la dra. Villegas o Si yo tuviera, pero algunas son tan concisas que podría adelantar demasiado y prefiero hacer hincapié en la sensación y el gran trabajo al elegir a los artistas. Me gustaría ver más de Viñolo en ese estilo más artesanal y de mancha o a Giribaldi haciendo más samurais, o metiendo alguno incluso donde no corresponda mucho.
“W0rldtr33” de James Tynion IV y Fernando Blanco

De la mano de James Tynion IV (el nuevo “pulpo” del indie americano probablemente ) y Fernando Blanco, tenemos un comic que no es fácil de clasificar. O al menos no es de terror de una forma muy convencional. W00rldtr33 es un thriller a veces edgy, que pone en el foco a internet y el modo que tenemos de relacionarnos con la red. Lo que Tynion pone en juicio, exagerando por supuesto, es lo peor que la herramienta ofrece, lo poco preparados que hemos estado y hasta donde llega la sugestión o incluso cambio profundo del individuo. Igual no teman, también hay una mina en bolas matando gente, no todo es tan intelectualoide. Pero veamos de qué va.
El protagonista, Ellison, busca a su hermano luego de que éste cometiera un raid homicida de casi cincuenta víctimas fatales, mientras lo transmitía en vivo. La policía lo encuentra antes pero no logran evitar que, aún bajo custodia, un tercero lo ejecute. Todo ésto en presencia de Ellison. El dolor y las interrogantes lo conducen a toparse con un grupo de gente que sabe demasiado. Es muy probable que tengan las respuestas como también pueden ser los responsables de todo el asunto.
La crítica que debo hacerle al autor es que tras leer unas cuantas de sus obras, ya no es difícil encontrar la reiteración de algunos temas o recursos, que ya ha usado de manera más original.En otras palabras, si ya no les quedan más números por leer de The Department of Truth, pueden leer tranquilamente W0rldtr33.
“Night of the Ghoul” de Scott Snyder y Francesco Francavilla

Scott Snyder ha sido desde temprano un guionista de terror (y el tercero de DC del que hablamos). American Vampire (junto al mismísimo Stephen King), Wytches, Black Mirror (sobre Batman tras la pista de un asesino serial), incluso en su etapa al frente de Batman no faltaron elementos del género. Ahora, y exclusivo para Comixology, regresó por completo junto a Francesco Francavilla para una historia que construye dos narrativas que se superponen (o tal vez tres).
Por un lado tenemos a Forest Innman, un fanático del cine de terror clásico, que descubre una cinta perdida que pudo ser un clásico de no haberse quemado la única copia. Decide buscar al director, TF Merrit, que anciano y postrado le advierte que está cometiendo un error, pero a la vez desliza que sabe donde se encuentra el verdadero final de la cinta maldita. El segundo relato es la película en sí, una historia bélica en la que un grupo de soldados, durante la primera guerra mundial, encuentran en Italia algo incomprensible y sin saberlo, vuelven a casa con él. Las piezas de la relación entre esa ficción (si lo es) y la realidad, caen donde corresponde con una segunda lectura.
La historia en general está muy bien, quizás sea más larga de lo esperable pero nunca es densa. El trabajo de Francavilla, y en especial sobre el criterio para el color, merece ser destacado.
Terminando…
Para no guardarme nada cierro comentando las que me quedaron en el tintero por falta de tiempo o lectura, pero aún así puedo sugerirlas: “Franken Fran”, una mezcla de dr. Moreau con Frankenstein, que se orienta más al humor con elementos de body horror, deudora seguramente de alguna cinta de Stuart Gordon; o “Lovecraft”, de Breccia, Radionoff y Giiffen, que aún está por editarse a través de Hotel de las Ideas pero es excelente como una biografía muy libre de uno de los escritores más influyentes. Ahora sí, hasta las próximas recomendaciones.