One World Under Doom: To Will the Good (parte 8)
En el número anterior la última ofensiva contra el emperador Doom no difería mucho de las anteriores, aun con las estrategias proporcionadas por Maria Hill. La gran apuesta era Reed Richards, atacando por sorpresa en el plano astral y usando la magia como una ciencia más, mientras se autoproclamaba sin pudor alguno como el científico supremo (ugh). Victor vio esa apuesta, la redobló y superó sin ninguna dificultad, dejando a Reed casi muerto.
Decidida a intervenir mientras ve la batalla campal que se transmite mundialmente por TV, Valeria Richards inventa un transmisor de señal que resuene con la armadura de su tío Doom, esto es suficiente para llamar la atención del flamante nuevo hechicero supremo.
Aun con revueltas alrededor del mundo en su contra, con toda la comunidad superheroica atacando en Latveria… Victor siempre tendrá tiempo para su ahijada, al fin y al cabo como él mismo dijo en la segunda parte de esta historia, Valeria es la única persona que tiene el favor, el respeto y el amor de Doom.
Llevada al plano astral en donde podrán hablar a solas pero por poco tiempo, Valeria quiere que Doom se detenga. Ya no hay gloria en esto. Con el mundo en su contra, ¿cuándo se detendrá esta sucesión de batallas cada vez más violentas? Victor sabe cómo terminará, con su victoria total e indiscutible, que el mundo terminará aceptando que él es el mejor para dirigir. Le dice a Valeria que continúe mirando la batalla para que le quede claro. Y antes de que Val pueda seguir con la conversación, Doom corta la conexión. Ella cree que si habla un poco más con él, podrá convencerlo de parar todo esto.

Hoy paso el tiempo demoliendo heroes
De vuelta al campo de batalla, Maria Hill sigue liderando la ofensiva con estrategias nunca vistas de los héroes, en este caso combinando los poderes de Storm de los X-Men y Johnny de los 4F (se crea un huracán de fuego). Como si eso fuera poco, los rayos de Iron Man y Cyclops son puestos en un loop por Invisible Woman. Nada de eso es suficiente, a los ataques se suman Iceman y Beast, pero para Victor todo ese esfuerzo es en vano y siente que ya es hora de terminar con todo esto, usando magia del caos (la misma que usa The Scarlet Witch). Anula el gen X, todos los mutantes pierden sus poderes (será solo de manera temporal y en cuanto abandonen el lugar los poderes volverán), la victoria se siente cercana para Victor hasta que… Squirrel Girl logra sujetarlo, apenas una molestia para el emperador Doom… pero lo distrae lo suficiente para que un agónico Reed dirija cada rayo de energía de los héroes hacia el Stormbreaker, el martillo de Ray Beta Bill. El buen Ben Grimm, nuestro querido The Thing, demuestra ser digno para levantar el martillo y darle a Doom un golpe definitivo. ¿Definitivo? Estamos hablando del Emperador Doom, el hechicero supremo, el rey de Latveria, el protagonista absoluto de esta historia. Usando prácticamente toda su magia restante, la armadura de Doom estalla en millones de fragmentos, cada uno de ellos está imbuido en energía, que lastima lo suficiente a cada héroe. Como si eso no fuera suficiente y para asegurar que su victoria sea eterna, hizo del momento un punto fijo en el tiempo, el momento de su mayor triunfo que nada ni nadie podrá cambiar.

Cuando Victor se alce victorioso se dará cuenta que el costo a pagar puede ser demasiado grande, aun mas que el mismo y su ego.
Menos malo no te hace bueno
El número anterior se había coronado como el peor de toda esta serie. Lo sigue siendo pero no porque este sea mejor, es porque el anterior directamente daba vergüenza ajena en exceso.
Vamos a lo bueno primero: Toda interacción entre Doom y Valeria tiene mi simpatía, aun con una conversación que no llega a nada, aunque Val cree que lo estaba convenciendo nosotros como lectores no notamos eso en ningún momento.
El arte sigue en un nivel al que muy pocos cómics hoy en día pueden llegar, espero que a R.B.Silva le paguen bien y mucho por el increíble trabajo, que lo cuiden, lo valoren y le dejen elegir los próximos proyectos en los que tengamos la suerte de ver su arte.
David Curiel al que quería que se desatara en el plano astral en el número anterior, acá no se guarda nada y nos brinda explosiones de colores que te justifican el precio del comic. Amarillos, azules, rojos y el siempre inevitable verde, llenan de vida las paginas.

Vamos a lo malo, Ryan North sigue en modo piloto automático, sigue escribiendo a Doom como en el comienzo de la historia, los héroes pueden ser intercambiables porque la verdad no suman ni aportan nada, más que estar ahí para ser vapuleados. Es todo tan predecible que hasta volvieron los chasqueos de dedos de Victor, sus monólogos internos siguen siendo en plan “estos pobres estúpidos, yo soy el mejor’’. El final, que se plantea como un hecho irreversible (ese spoiler me lo guardo), sabemos que no será así… Y augura que todo este evento quedará como esos sueños que nos despiertan sobresaltados pero que al pasar las horas ya habremos olvidado. Una pena.
*Momento Doom:Solo Doom puede salvarte, el fin justifica los medios, todo tiene un costo. Frases que Victor dijo a Reed Richards en su momento para dejar en claro que él como salvador era la mejor opción, que lo que haya que sacrificar para salvar el mundo lo vale, no importaba cuántas vidas se perdieran por el camino. Antes le había dicho a Valeria que buscaba la gloria, que quedara claro que el es el mejor de todos nosotros. ¿Seguirá sosteniendo esas palabras en el próximo número?

