La inigualable dupla creativa conformada por el guionista Carlos Trillo y el dibujante Eduardo Risso, responsable de recordadas obras historietísticas de proyección internacional, supo gestar durante los años noventa una extensa serie para el mercado francés, italiano y norteamericano. Parcialmente publicada en el país desde diversos formatos en años posteriores (Historieta Revólver y un libro homónimo, del efímero sello Iron Eggs), hacia Enero de este año llegó la posibilidad de descubrir en forma completa para nuestro idioma esta original comedia dramática contemporánea, en un voluminoso libro de 392 páginas, B/N, formato 24×17 cms. que recupera sus treinta y dos episodios, gentileza de Historieteca Editorial y Puro Comic Ediciones.
WELCOME TO THE JUNGLE
Alejandrina Yolanda Jalisco es una joven mexicana instalada en el barrio latino de New York. Poco agraciada físicamente, bajita y hasta algo torpe, tratará de ejercer, no obstante, la profesión de investigadora privada en un ámbito pleno de oportunidades aunque sumamente hostil, como forma de ganarse la vida. Es que su condición de chicana le hará conocer en primera persona el lado más oscuro del ‘gran sueño americano’, al tratar de insertarse tanto laboral como culturalmente en una sociedad individualista y prejuiciosa, donde el crimen -en sus diferentes formas- y los conflictos interpersonales, están a la orden del día.

A diferencia de su reducido grupo de amigas, integrado por Mamasa, obesa mujer entrada en años que trabaja como cocinera en un carri-bar de comida mexicana, y Marita, bella joven algo desprejuiciada en su vida personal, que se desempeña como mesera en un gran restaurant, siempre dispuestas a darle una mano en lo que a encargos refiere, la suerte casi nunca la acompañará en esta empresa. Por el contrario, toda vez que, merced a sus esfuerzos, nuestra chaparra protagonista obtenga algún ‘logro profesional’, una tragedia de índole personal sobrevendrá inmediatamente después. Inexorable y repetidamente.
Con un amplio margen de acción, sus casos involucrarán desde el clásico seguimiento de persona para comprobar conductas indebidas, la célebre -y a veces accidentada- protección de testigos en dispares contextos, encontronazos varios con representantes de las fuerzas del orden -honestos y de los otros-, delincuentes y pandilleros de poca monta, hasta la obtención de información clasificada capaz de comprometer a importantes familias mafiosas, pasando por el rescate de cierta mascota hogareña perteneciente a un reconocido gángster. Ilimitado y variopinto combo. Entre una investigación y otra, tratará de conseguir pareja, como forma de alejar la soledad de sus días. Sin mucha dicha tampoco en este apartado, cabe destacar.

CITY OF BLINDING LIGHTS
Con capítulos que rara vez exceden las doce páginas de extensión, presentados en correcto orden cronológico, a excepción del treinta que, promediando el libro, muestra al Guadalupe previo a su cambio de sexo e identidad, en lo que suponemos un pifie de edición, se suceden las desventuras de esta particular detective de alquiler, de tono tragicómico. A no engañarse, en estos relatos, el trasfondo policial es apenas una excusa argumental para el desarrollo de una genial e impredecible comedia dramática, sazonada con suculentas dosis de crítica social y política, fiel al estilo de la pluma del recordado escriba porteño. Sin concesiones, por momentos.
El constante menosprecio de Alejandrina por parte de su clientela, discriminación mediante, no es sino el vívido y certero retrato de la forma etnocentrista que impera en el gran país del norte para con todo lo distinto, es decir, aquello que no encaja en su particular idiosincrasia. Con el presente propuesto ambientado en la época contemporánea, bastan apenas un par de episodios ambientados en su infancia y país natal -certeramente ubicados en el tramo medio de la obra-, para narrar, a modo de flashback, el prematuro y accidentado despertar de la vocación por el oficio que terminaría dándole de comer en su adultez. Mal que le pese.

El apartado gráfico acompaña con solvencia de principio a fin, en perfecto blanco y negro, que potencia sobremanera el atractivo claroscuro, tan caro al trazo de Risso, capaz de dar vida a personajes muy expresivos, que se complementan maravillosamente con el entorno que transitan. Imposible no mencionar cierta similitud-juego de espejos entre esta New York y la plasmada por el gran José Muñoz en el clásico Alack Sinner. Luces y sombras, acordes al tono propuesto desde el argumento. Tramas densas, cargadas de humor negro, en las que todo puede cambiar al dar vuelta la página, en apenas una secuencia. Sin miedo a equivocarnos, podemos afirmar que este material se ubica entre lo mejor que produjo el tándem, al menos en lo que respecta a ‘series largas’.
Sobre la factura técnica de la publicación, poco que objetar. Tratándose de la primera vez que el público lector argentino puede acceder a la totalidad de la obra, no hubiese estado demás algún prólogo que refiera su dilatada trayectoria impresa, dentro y fuera del país. Asimismo, la tapa, diseñada gráficamente sobre el arte interno, resulta un tanto simple, deslucida. Tratándose de una colaboración entre dos sellos, se imponía una ilustración original de portada, para otorgarle cierto valor agregado a tan esperado tomo. Igualmente, ello no opaca el hecho de que estamos frente a uno de los grandes rescates editoriales del año que comienza. Para no dejar pasar.