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El otro de Ángel Mosquito
Salió la primera publicación de Leitmotiv.

“El otro” de Ángel Mosquito

En 1981, Jean-Jacques Annaud sorprendió al público, a la crítica y a la propia industria cinematográfica con una película insólita: La guerra del Fuego, basada en la novela homónima de J. H. Rosny. La misma muestra a diferentes especies homínidas conviviendo en un pasado prehistórico sin mayores precisiones temporales.

Por lógica, la película (de una hora cuarenta) es casi totalmente muda y en las poquitas escenas en las que hay diálogos, estos resultan ininteligibles.
Más allá de lo experimental y arriesgado de la apuesta, la premisa básica podía llevar a la confusión de creer que se trataba de algún documental para niños interesados en la vida del hombre primitivo, pero las escenas espontáneas de sexo (que suponemos naturales en el precámbrico pero resultaban particularmente explícitas para una peli de 1981) disipaban las dudas a los pocos minutos de iniciada la proyección.

En 2004, dentro del colectivo de artistas La ProductoraÁngel Mosquito lanzó El Otro, una obra que guarda innegables parentescos con aquella película que había sido muy influyente para nuestra generación.
Consultado al respecto, dijo Mosquito:

“La vi muchas veces y siempre me impresionó. Siempre me pareció fascinante la idea de que hubiera muchas razas humanas en un mismo tiempo histórico y eso La guerra del Fuego lo refleja muy bien. Hasta ahora no leí la novela pero con Libros del Cosmonauta la vamos a editar. Fede (Reggiani) ya está trabajando en la traducción del francés.”

En El Otro, también podemos ver las diferentes formas de convivencia que pueden surgir entre distintas tribus y especies homínidas en la prehistoria. Algunas más pacíficas y otras más violentas. Acá también se vuelven fundamentales los pequeños descubrimientos que permiten la supervivencia. Desde aprender que frutos son comestibles hasta hacer una cataplasma para curar una herida o fabricar un arma que resulte más efectiva. Acá también resulta central el tema del lenguaje, la ausencia del mismo o el surgimiento de sus primeros rudimentos. Por eso, El Otro también será “muda”.

Lo que cambia todo es, justamente, el tratarse de una historieta ya que aquí se cuenta con recursos y herramientas totalmente diferentes a los del cine para representar esa ausencia de palabras o esa incapacidad de comunicación lingüística que surge entre los personajes.
Los globitos donde normalmente estarían las palabras acá estarán llenos de dibujos. De esta forma, Mosquito nos mostrará gráficamente lo que los personajes dicen y podremos inferir las limitaciones intelectuales que se desprenden de cada lenguaje primitivo. No tener palabras que nombren conceptos abstractos, implica poder hablar (pero también pensar) solo en términos concretos. Por eso, todo lo que los personajes dicen puede ser dibujado.

El Otro es, pues, una profunda reflexión sobre la lengua pero también sobre el lenguaje de la historieta y sus posibilidades comunicativas. En ese sentido, hay mucha experimentación y una búsqueda expresiva muy interesante en estas cuarenta páginas. 
Por poner un ejemplo, cuando el protagonista habla usa los globitos habituales en la historieta actual. Pero cuando hablan los otros personajes, usan unos globos diferentes en los que la “colita” es reemplazada por una raya, lo que puede interpretarse como que su lenguaje era más primitivo.
También es notable que estos personajes van aprendiendo en la interacción y la convivencia con ese “otro” más evolucionado. En las primeras páginas, se nota un contraste muy notorio entre las posibilidades de ambos idiomas. Mientras el protagonista puede narrar su viaje, el naufragio y su llegada a esas costas; los personajes que lo encuentran solo expresan conceptos muy básicos como “día”, “noche”, “negro” o “agua”.
Más adelante, sin embargo, llegarán a narrar la cacería y hasta podrán valerse del lenguaje para mentir. ¿O sería más correcto decir que crean los primeros relatos ficcionales? Todos sabemos que las anécdotas exageradas de cazadores y pescadores son un género literario en sí mismo.

Otro elemento interesante para analizar en esta relación entre la lengua y la historieta, es que cuando fallan las palabras, el prota intenta comunicarse dibujando en la tierra. Lo cual resulta totalmente auto-referencial ya que es el mismo experimento formal que Mosquito está realizando en la obra. El dibujo, incluso, cumple una función que oscila entre la magia y la metáfora visual cuando dibuje círculos en las caras de los otros miembros del clan, para que los hombres cacen presas más gordas y las mujeres se vuelvan más voluptuosas.
Por último, cabe destacar que entre tantos globos sin texto, hay dos personajes particularmente mudos. El principal secundario femenino y su hija nunca hablan. Solo se manifiestan a través de sus cuerpos, sus acciones y sus expresiones faciales. Arriesgo dos hipótesis: Por un lado, en una organización social patriarcal la palabra de la mujer carece de valor. Por otro, ese lenguaje primitivo y concreto, posiblemente, carecía de las palabras para decir lo que la mujer quiere expresar.

PALABRAS DEL EDITOR

En mayo de este año, Leitmotiv Editora reeditó este clásico descatalogado de La Productora en mejor papel y formato más grande y, como se trata de la primera publicación del sello, nos comunicamos con su editor, Walter Koza, para que nos cuente cuál es su proyecto. 
Esto nos dijo al respecto:

Comparativa entre la nueva y la vieja edición.

“Con Leitmotiv buscaremos conformar un catálogo en el que se dé cita la experimentación en la manera de contar historias. Un punto de interés es el de explorar posibilidades creativas a través de restricciones autoimpuestas por los propios autores, como ser historietas mudas, palíndromos, aliteraciones icónicas, entre otros rompecabezas. Tomando como inspiración movimientos como el OuLiPo, en literatura, y el OuBaPo, en historieta (introducido en Argentina por la Revista SudaMeryK!), Leitmotiv Editora quiere sorprender al lector con historietas originales en donde los autores, como dijera Marcel Benabou, son ratas que pretenden salir de los laberintos que ellos mismos construyeron.
No obstante, es necesario aclarar que no se trata de la restricción por la restricción misma, sino que esta marca la posibilidad expresiva máxima y se erige como el eje rector de la narración. Por ejemplo, ¿hay una manera más artísticamente eficiente de contar una aventura como El otro? Creo que no, porque la otredad, precisamente, es la imposibilidad de la palabra.”

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El otro de Ángel Mosquito
Salió la primera publicación de Leitmotiv.

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