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Juan Manuel Frigeri
Entrevista al autor Rosarino sobre su etapa en los Guardianes de la Galaxia, de Marvel Comics.

Entrevista a Juan Manuel Frigeri

Juan Manuel Frigeri es un artista rosarino que lleva varios años haciendo grandes trabajos en Marvel. Realizó una etapa de 9 números en la serie Spectacular Spider-Man, la miniserie de cuatro números The Amazing Nightcrawler, y 9 números de Ghost Rider con el escritor Ed Brisson. Pero su mayor salto al ojo público probablemente sea su encargo más reciente, como artista regular de la nueva etapa de los Guardians of the Galaxy, escrito por el escritor estrella Al Ewing. Además de encarar una serie de alto perfil, Juan se ocupó de diseñar nuevos trajes para el equipo y presentar una nueva alineación del mismo, convirtiéndose en la nueva cara de lo que Marvel está llamando “la nueva era del espacio”.

Desde Ouroboros nos acercamos para entrevistarlo al respecto, conocer su forma de trabajo, cómo se siente con su equipo creativo, qué representa Marvel para él, y mucho más.

Santiago Porro (SP): Empezaste como dibujante regular de Guardians of the Galaxy (2021) en el número 13. ¿Cómo llegaste a la serie? ¿Fue algo que te asignaron los editores o pudiste sugerir a donde te gustaría trabajar?

Juan Manuel Frigeri (JMF): Me ofrecieron trabajar en la serie. Me la ofrecieron con tiempo, cuando yo estaba haciendo el unitario King In Black: Ghost Rider, que cerraba mi etapa con el guionista Ed Brisson. Me cayó la oferta cuando estaba terminando eso, que les gustó mucho. El editor de Guardianes, Darren Shan, me ofreció trabajar en su serie. Cuando me dijo que iba a trabajar con Al Ewing dije “esto es genial, seguro”. Ni lo pensé, contesté enseguida que sí. A veces te pueden sugerir por donde seguir, a veces no. Te pueden preguntar, pero en general, mi experiencia es que me lo asignen. Me dicen “che sale esto, sale lo otro” y uno ruega que sea algo que este bueno, y si no, lo agarrás igual, porque es laburo [risas]. Cuando sos freelancer generalmente agarrás lo que te den. Pero cuando te vas haciendo un nombre, y a los editores les va gustando lo que haces, te van teniendo consideración para que puedas elegir, y eso está bueno.

Algunos detalles de las tintas del autor.

SP: ¿Cómo manejas los tiempos de entrega, siendo que te entintás a vos mismo? ¿Cuánto tiempo dirías que tenés para terminar cada página?

JMF: Las entregas las manejo como puedo, como todos [risas]. Sí, me entintó a mí mismo. Al principio de mi carrera no lo hacía, pero no es tan bueno que te entinte otro porque no podés controlar ciertas cosas. Tampoco es que me ahorraba mucho tiempo haciendo sólo los lápices. Cuando uno hace los lápices para otra persona tiene que definirlos más. Cuando uno mismo es el que va a entintar, definís menos el lápiz porque después podés completar con las tintas. Así que cuando otro va a entintarte tenés que hacer unos lápices más elaborados y no te rinde. Encima, cobrás menos por una tarifa de lápiz. Te conviene darle una vuelta de rosca y hacer las tintas vos. Hoy en día, las facilidades del digital hacen que uno pueda entintarse solo. Por ahí, si es en papel se complica un poco más el entintarse uno, porque es más lento el proceso. No es que sea más fácil dibujar con digital, sino que acelera ciertas tareas.

Generalmente te dan treinta y cinco días para hacer un número. Si querés mas, generalmente lo tenés que charlar de antemano y que te asignen un proyecto donde te pueden dar más tiempo. Algo que suelen hacer es asignarte un fill-in, es decir que arreglan con otro artista para que haga algún número de tu serie para ayudarte con los tiempos. Pero a veces con el cambio de artista sufre la consistencia narrativa de la serie, o la estética.
En mi experiencia, prefiero hacerlo todo yo y el arco también terminarlo yo. Así que trato de entregar a tiempo, por lo menos [risas].

SP: ¿Cómo es tu relación con Al Ewing? ¿Hay una ida y vuelta tras recibir sus guiones? ¿Has propuesto alguna idea para el guión, o es algo que te interese?

JMF: Mi relación con Al, es bastante… a las piñas. No, mentira, [risas] todo lo contrario. A mí me parece que es un tipazo. No lo conozco, pero en la relación laboral, en el trato, uno se da cuenta. Es un tipazo, muy respetuoso. Es un genio, y encima muy abierto a las sugerencias. Se puede laburar tranquilamente con él, no me rompe mucho a la hora de mi interpretación. Si bien es verdad que, por mi lado, me gusta mucho apegarme al guion. Intento no cambiar lo que el guion dice. Quiero que el guionista también se sienta feliz con las emociones que él quiere plantear. Trato de que las páginas sean lo más fiel posibles a lo que él quiso poner, así que me apego bastante. En el caso de la manera de escribir de Al, te deja saber siempre como los personajes se sienten, lo cual para mi trabajo es muy importante, porque yo le doy mucha pelota a expresar emocionalmente cada panel. Si uno ve un cómic mío se va a dar cuenta que, mal que mal, las emociones se expresan en el panel a través de los personajes, como se comportan, y eso. Sobre todo en este último número publicado (el #14), donde pasa algo respecto a cambios de mente. Lo disfruté mucho. Y en la descripción de los paneles, Al siempre me hace una metáfora o una aclaración sobre cómo se sienten los personajes, algo que no siempre un guionista dice. Al hace eso, y creo que me suma mucho a la hora de hacer su guion.

Respecto al ida y vuelta, nuestro método es que, primero, yo mando los layouts (bocetos). Serían los diseños de lo que pasa, para que ellos vean los acontecimientos que dice el guion. Teniendo en cuenta que uno no es de habla inglesa, por ahí puede haber malas interpretaciones. Entonces, una vez que aprueban eso, entinto las páginas y las mando entintadas. Generalmente, Al nunca me hace cambiar nada, ni pide correcciones. Yo por ahí le pregunto cosas, o él sugiere algo. Y yo soy muy abierto, como te dije, y quiero que el guionista esté contento. Así que hay buen ida y vuelta en ese sentido. Respecto a ideas para el guion, no doy ideas sobre lo que pasa. Intento que el guionista sea el que maneje eso. No quiero imponer ideas sobre sus guiones, o trasmitir cosas que él a lo mejor no piense, porque a veces quedan un poco desencajadas, si no está todo orquestado por la misma cabeza. No sé qué tiene él en la cabeza, entonces trato de no sugerirle nada. Pero sí, a veces tengo que aportar. En un trabajo de dibujante de historietas siempre lo vas a hacer. Un historietista decide cosas a la hora de contar. Sobre todo en el comportamiento, en el uso de los poderes, en como la escena muestra las acciones, y esas cosas, ahí si propongo, y generalmente Al está de acuerdo. Pero no respecto a lo que pasa.

Otra cosa importante sobre nuestro método de trabajo, es que cada tanto Al me da una libertad extra. Lo hace a veces, dos o tres páginas cada tanto. Te da cierta libertad, te tira un “Marvel way”, la manera Marvel de escribir: te tira algo que pasa en la página y te deja libertad para hacerlo como vos quieras. “Fijate lo que te parece” dice. Para mí está bueno, para otro quizás no. Eso lo hizo un par de veces en sus guiones, es como un recreíto, un espacio de libertad. No me gusta mucho tener la responsabilidad de tener que armar la página yo mismo, pero está bueno, cada tanto, tener una página en la que puedas armar vos el asunto. Cada tanto surge eso. Y de paso es una manera de laburar más conjuntamente con el guionista.

SP: Siguiendo con el equipo creativo, ¿tenés comunicación con tu colorista, Federico Blee? ¿Podés sugerirle cosas para que haga con su color, o proponer que revise alguna página ya pintada?

JMF: A Federico, mi colorista, yo antes le mandaba correcciones. Yo soy partidario, por mi experiencia, de que el colorista, a lo largo de los issues (los números de la serie), va agarrando la vuelta al estilo del artista. Va entendiendo cómo articularlo mejor, qué cosas quedan mejor y cuáles no. Pero al principio hay que ajustar ciertas cosas, así que uno corrige. Sobre todo si es una serie con personajes nuevos, o estéticas nuevas, hay que ir puliéndolo. Por ahí, yo le he hecho algunos cambios o sugerencias, muy chicas (no me gusta meterme, tampoco), y las ha recibido muy bien, al toque. Federico es muy trabajador. Un dato curioso es que después me di cuenta que era mexicano. Una vez me escribió en instagram (porque era más rápido), y me escribió en español, y yo me sentí un tonto, porque le escribía en inglés [risas]. Y después mejor, todavía. Estoy contento con Federico, con su trabajo. Estoy muy a gusto.

La imagen se completa con el color de Federico Blee.

SP: ¿Cómo es la relación con los editores de la revista (Kat Gregorowicz y Darren Shan), y qué efecto tienen en tu trabajo? ¿Y el editor en jefe, C.B. Cebulski? Siempre se habla mucho de la relación entre los editores y los escritores, por eso me interesa saber tu perspectiva como dibujante.

JMF: Tengo buena relación con el editor. A Darren lo conocí antes, tuve un unitario que hice para él (Amazing Spider-Man: Renew Your Vows (2017) #9). No llegaba el artista regular de la serie y me llamaron a mí, y ahí conocí al editor. Ahora me tocó otro punto de vista: me llamó y me dijo que tenía ganas de hacer algo conmigo, algo desde cero. Aunque en realidad no fue desde cero-cero. Cuando me hizo la propuesta, me explicó lo que iba a pasar en la serie de los guardianes. Que sería algo cósmico, que serían como los Avengers del espacio, como Avengers cósmicos, y me encantó. “Se arma, se arma” me dijo. [risas] Darren es un editor muy responsable y controla bastante lo que sucede. Algunos son más participativos que otros, y Darren es bastante participativo. Y no vamos a mentir, a la hora del trabajo es más exigente. Me resulta productivo, porque tengo la tranquilidad de que él revisa las cosas. Muchas veces, cuando los tiempos son crueles, el editor no revisa bien las cosas, y al entendimiento del artista por ahí quedan cosas inconsistentes. Y a mí me gusta ser consistente. Entonces está bueno que te puedas apoyar en Darren, que sabés que es muy responsable. Es muy buena onda. Y mal que mal, hasta ahora parece que me entiende [risas].

Sobre C.B. Cebulski… tengo una anécdota con Cebulski. Él vino a Rosario una vez, a una convención, cuando era cazatalentos, no editor en jefe. Vino a una convención donde traían editores cada tanto para que vean carpetas. Y yo era un mocoso, que no había publicado nada en su vida, y que se le ocurrió que quería dar rienda suelta a sus deseos como dibujante de comic, y dije “voy a hacerlo”. Pero eran unas páginas que eran un desastre. Creo que destruí todo eso, por suerte, ya no hay registro. Con C.B., el tipo de entrevista era de selección. Le dabas carpeta, te elegía él y si quedabas te daba una entrevista. Yo quedé, así que evidentemente algo vio. Tuvo una fe bárbara, porque la verdad eran unas páginas… [risas]. Yo había agarrado un guion de una publicación vieja de Marvel, de los Vengadores o Hulk, de los noventas, y la había hecho en mi estilo. Y como que eso quedó en nada. Me dio un contacto para que le mandara muestras de modo informal, pero no estaba al punto para que me contraten. Cuando estás al punto y tienen un espacio, te contratan, pero no es tan fácil. Así que pasaron años, hasta que por otros medios llegué a Marvel. Pero ahí ya había publicado, ahí había hecho Star Wars con Dark Horse (que ahora se publicó en Marvel) y ese tipo de cosas. Pero entré a Marvel ya siendo alguien publicado. Y Cebulski no se debe acordar, digo, de que tuvo una entrevista con ese mocoso. Pero ahora si me debe ubicar, calculo, porque soy el dibujante de los Guardianes.

Al principio, cuando acepté la serie, Darren me envió el plot; una idea de todos los capítulos del arco, así supe de antemano qué es lo que pasa en cada número de todo el arco. Es la primera vez que pasa eso, que me mandan todo de entrada, y ayuda para saber cómo acomodarme. Qué puedo hacer importante, y poder ir maquinando cosas en mi cabeza desde antes. Y me dan bastante participación, con sugerencias, en cuanto a la estética. Es muy abierto todo. Así que estoy contento con eso. El plot que me mandó era un brainstorming bien pulido [una lluvia de ideas], basado en el plot de Al, pero con intervenciones y sugerencias de los editores. Ahí, metidos en esa conversación, estaban Cebulski y otros editores grandes. Estaba todo el plot ahí, así que ya sé el futuro [risas].

SP: ¿Tenés libertad para proponer rediseños en los personajes que aparecen en la revista? ¿Ewing o los editores te ayudan dándote referencias visuales de los personajes que puedan aparecer?

JMF: Respecto a las decisiones, qué se yo… Por ejemplo me dicen: “Juan, queremos que tengan chaquetas como en los noventas porque van a ser como unos Avengers cósmicos, es una nueva etapa” y cosas así. Entonces, la idea de entrada era que tengan un uniforme, una chaqueta. Y ahí teníamos que ver qué hacíamos con cada personaje y yo tenía que sugerir algo para cada uno. Una sugerencia mía fue volver al traje viejo. Que el traje nuevo tenga características del traje viejo de los guardianes. A ese nivel te dejan manejar, la estética. Esa es la libertad que se entiende en este caso. Yo trato de no cambiar los diseños. Hay una libertad parcial, porque no es una serie de cero, es algo que viene de antes, que Al viene escribiendo, y que antes dibujaba Juann Cabal, lo que para mí fue un gran laburo. Yo quería que los personajes más o menos sigan de ahí, digamos. Si bien en una estética nueva, que esas versiones de los personajes sigan. En el caso de Star-Lord, fue decisión de Al que tenga el mismo look que tenía antes, porque el personaje está transitando una etapa emocional o espiritual medio particular, y por eso está como está.

SP: Como fanático de los personajes tengo que preguntar. ¿Qué miembro del equipo te gusta más dibujar? ¿Y hay algún personaje que te gustaría que aparezca en la serie para poder dibujarlo?

JMF: ¿Qué miembro del equipo me gusta dibujar? Es un preguntón. Yo voy descubriendo que me gustan varios. No puedo dibujar algo cuando no me gustan los personajes, así que encuentro la vuelta para que me gusten, de entrada. Cada tanto me gusta más uno que otro. Algunos son revelación, por ejemplo Quasar en la versión mujer [Avril Kincaid], me gustó. No la dibuje mucho, pero me gustó. Todos me gustan, pero ciertos personajes te dan un extra. Me gusta dibujar a Nova, y Rocket me encantó. Nunca me había llamado la atención dibujarlo, pero después lo dibujé en este último número que salió… [risas] Hubo un cambio ahí muy gracioso. Me gusta mucho porque es muy expresivo. Todos tienen sus cosas. Disfrute dibujando a Hulkling, por ejemplo, que es un personaje al que no había prestado mucha atención antes. Y después bueno, Doom. Tuve que hacer a Doom. “Qué copado” dije, “tengo que hacer a Doom, que bueno”. Pero después cuando lo estaba haciendo dije “puta madre, estoy haciendo a Doom”. Igual eso fue genial. Disfrute también haciendo a Doom. Las referencias de lo que quieren tener me las dan ellos; y si algo necesita una nueva estética me dicen “fíjate si podes darle otra estética”. Si les cuadra, te lo aceptan.

Rocket Raccoon, una de las estrellas de la serie, de la mano de Juan Frigeri.

SP: ¿Sentís que las películas tengan algún impacto en tu trabajo en la revista? ¿Te ha pedido la editorial que no te alejes mucho de los diseños del MCU o sentís que alguna decisión creativa en la serie se ha influenciado por eso?

JMF: Y, calculo que las películas sí tienen impacto en mi trabajo, pero a nivel inconsciente. Yo no busco la película para hacer algo, busco los cómics. Más que nada si veo que la película tiene un concepto interesante visual en el uso de los poderes, a lo mejor, alguna cosa de esas. Pero en general, no. Pasa que las películas tienen esa cosa de poder ver en una cuestión más real como funciona un personaje  y qué no funciona. Incluso con eso puedo torcer algo para que sea un poco más consistente, pero no busco más allá de eso. No miro a los actores para dibujar las caras, tampoco. Me gusta que sea distinto el comic. Y la editorial no se mete en eso. En mi carrera en Marvel, del MCU nunca me han hablado. Creo que es algo positivo. Los fanáticos del MCU, esa gente, que hay muchos hoy en día, que no se acercan tanto a los cómics, ellos a veces preguntan “¿Por qué no hacen como las películas con Drax Mantis…?” o cosas así. Pero yo soy partidario de que no se haga así. Si surge en la película, genial. Pero que sea al revés, no.

SP: ¿Qué significa para vos trabajar en Marvel? ¿Lo ves como un laburo más, o tiene un peso especial? ¿Eras lector de la editorial, o fan de los personajes por algún otro medio? ¿Considerás que sea un laburo importante, o lo ves como otro trabajo freelance mas?

JMF: Trabajar en Marvel es lo que siempre quise. Creo que es lo que más me cuadra, hoy en día. Hay otras cuestiones que uno le gustaría sondear artísticamente, otros terrenos, pero este es un terreno en el que me he querido perder, digamos. Así que estoy contento de meter algo de arte en Marvel. Lo veo como un laburo más pero tiene eso que es especial, porque me gusta el universo Marvel. Así que no me lo tomo como un trabajo más. Con respecto a si era lector de la editorial, sí, lo era. No era un fanático coleccionista, pero sí leía más Marvel que otros cómics. Siempre me gustaron los personajes. Me llamaban la atención muchos personajes de Marvel, varios, pero depende de quién escribiera o dibujara los comics. Hoy no tengo mucho tiempo de lectura. Uno esta con un guion en la cabeza por treinta días [risas] y después trata de despejarse con otra cosa. Así que mi hábito de lectura es muy reducido. Pero sí que me gusta.

SP: ¿Tenés relación con los otros artistas argentinos que trabajan ahora en Marvel?

JMF: Tengo amigos que trabajan en Marvel y han trabajado. Tengo amigos que no trabajan en Marvel pero trabajan en otras editoriales (DC, o alguna otra). Es más o menos lo mismo, digamos. Qué se yo. Del lado del artista, ser artista de cómic es mucho más importante que ser artista de DC o de Marvel, o de trabajar en la misma compañía o no. Te genera una afinidad, pero como hacés un trabajo solitario, por ahí es más o menos lo mismo. En el caso particular de algunos que trabajan en Marvel, por ejemplo, soy muy amigo de Germán Peralta, con quien tenemos una amistad de años. Es bastante especial porque éramos amigos cuando éramos dos mocosos. Él era uno de los mocosos que fue conmigo a hacer las pruebas para esa entrevista con C.B. Cebulski, en esa época que no éramos publicados, ni nada. Éramos dos mocosos que querían trabajar en Marvel. Y cada uno, por su camino, ha llegado a laburar ahí. Hasta el día de hoy, nos toca hacer cosas que están más o menos vinculadas, y eso es muy gratificante y divertido. A veces uno pega la vuelta en el mundo y se vuelve a encontrar con amistades. Después hay amistades que uno las va a haciendo cuando se contactan mediante el trabajo. Ahora por ejemplo me dicen “contactate con el artista de SWORD para maquinar alguna cosa” porque se junta la revista de SWORD con Guardians… Y así te vas conociendo. Por ahí te conocés en algún evento, alguna convención, y más que nada en las convenciones. Así que sí, hay amistades. Uno se conoce, por lo menos, y a veces entabla amistad.

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Juan Manuel Frigeri
Entrevista al autor Rosarino sobre su etapa en los Guardianes de la Galaxia, de Marvel Comics.

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