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"Tacuara" de Rodolfo Santullo y Dante Ginevra
Reseña de "Tacuara", de Rodolfo Santullo y Dante Ginevra, a cargo de Historieteca y publicada originalmente en Fierro.

“Tacuara” de Rodolfo Santullo y Dante Ginevra

Recientemente salió a la luz la esperada edición de Tacuara a cargo de Historieteca como quinta entrega de su notable colección ReLecturas. El libro de 88 páginas a color recoge los diez capítulos que originalmente produjeran Rodolfo Santullo y Dante Ginevra y que fueran publicados en la revista Fierro entre marzo y diciembre de 2012.

En esta nota analizaremos esta obra pero antes, es necesario un poco de contexto.

Portada y contraportada. Fotos cortesía de Ubik.

Antes de Tacuara: Malandras

La primerea colaboración de la dupla para Fierro fue Malandras, pero la misma no empezó siendo una serie. De hecho, ese título no aparecía en el índice de la revista porque, las primeras historias se proponían como unitarios breves, que era lo que el editor les había encargado.
En ese tiempo (julio de 2010), Fierro era así. Tenía tantos nombres de peso y trayectoria que dos genios como Santullo y Ginevra se tuvieron que ganar el derecho de piso. Y vaya si lo hicieron.

Para cuando esas pequeñas historias, aparentemente inconexas, de personajes marginales comenzaron a conectarse en una trama mayor, tanto el público como los responsables de la revista se habían vuelto fanáticos incondicionales de la serie. Hasta tal punto, que en septiembre de 2011, para el capítulo final, se llevaron merecidamente la portada.
¿Y cuál era esa historia grande que le daba cohesión a los pequeños relatos?
Pues que, antes del bombardeo sobre Plaza de Mayo, un grupo de lúmpenes del barrio de Mataderos se enteran de la conspiración para derrocar a Perón y van a tratar de prevenirlo porque, obviamente, son peronistas.

El violento asalto al policlínico.

El tópico argumental es uno de mis favoritos. Ese en el que unos personajes de cuarto orden se topan accidentalmente y por casualidad con un asunto que supera totalmente sus fuerzas y sus capacidades pero son ellos los únicos que pueden hacerse cargo.
No obstante, si la idea es buena, la ejecución es mejor aún. Santullo y Ginevra logran que cada una de esas historias de chorros, cafiolos, milonguitas, mafiosos y tangueros resulte interesante por sí misma; logran caracterizar a un montón de personajes totalmente inolvidables pero, además, los hacen evolucionar y hasta se dan el lujo de jugar con alteraciones en el orden cronológico de los relatos para aportarle más profundidad y complejidad a la lectura. Incluso aprovechan el marco espacio-temporal para hacer aparecer a un joven Breccia de cuando todavía era tripero.
Y todo eso en menos de noventa páginas.
Lo digo siempre que puedo y no me molesta repetirlo: Malandras es una de las mejores historietas de lo que va del siglo. Y como, justamente, es el segundo tomo de la misma colección ReLecturas de Historieteca, no hay excusa para no leerla.

Después de este gran éxito, todos querían una nueva serie del equipo ganador. Cuenta Santullo que tras barajar diferentes propuestas, recordó que el historiador Carlos Machado le había sugerido hacer una historieta sobre el grupo Tacuara.

A Lautaro Ortiz, editor de Fierro, le encantó la idea ya que, cronológicamente, podía leerse como una continuación de Malandras… aunque más adelante veremos que no lo es del todo.

Antes de Tacuara: La Alianza de la Juventud Nacionalista

Pero ¿Qué fue Tacuara y de dónde salió?
Para no remontarnos hasta el Génesis, digamos que en 1930 el presidente de facto José Félix Uriburu funda una fuerza paramilitar autorizada por el gobierno para recibir entrenamiento militar y actuar como reserva del ejército llamada Legión Cívica Argentina. Cariñosamente, Uriburu los llamaba “los camisas negras argentinos” en alusión a las milicias de Benito Mussolini. Vayan haciéndose una idea.
Dos de estos locos (Juan Queraltó y Carlos Burundarena) fundan a su vez la división estudiantil a la que llaman Union Nacionalista de Estudiantes Secundarios (UNES) y, cinco años después, como los chicos iban egresando, crean la Alianza de la Juventud Nacionalista, posteriormente rebautizada: Alianza Libertadora Nacionalista (ALN). Esta evolución es importante ya que a la ALN ingresan muchos jóvenes de clase obrera que nunca habían formado parte de la UNES. Principalmente porque en ese tiempo, la mayoría de los hijos de trabajadores no accedía a la escuela secundaria ni, mucho menos, a la universidad.
Estos tipos que, aunque no eran soldados, usaban uniforme, correajes militares y practicaban el saludo nazi, apoyaron a Perón una vez que este llegó al gobierno. Pero la rama estudiantil (donde todavía se concentraban los hijos de la burguesía) no estará del todo satisfecha con la adscripción al peronismo por lo que se irá alejando cada vez más hasta escindirse en 1949. Así lo expresaban en el periódico oficial de la agrupación titulado, justamente, Tacuara.
No eran buenos tiempos para declararse católico y antiperonista así que la UNES desaparece del mapa y sus ideas solo resurgen tras el golpe de estado de 1955, encarnadas en el Movimiento Nacionalista Tacuara.
Así que Tacuara será, en principio, una organización casi estudiantil de ideología fascista, nacionalista, católica y antisemita que empezó repartiendo palos en los enfrentamientos por la educación “Laica o Libre” de septiembre de 1958. Por entonces, la Iglesia estaba presionando a Frondizi para poder expedir títulos habilitantes desde sus universidades privadas (lo mismo que ya hacían en el nivel primario y secundario) a lo que se oponía la FUA y la FUBA.
Es decir que por aquel entonces, en la práctica, “laica” quería decir “laica” y “libre” quería decir “católica”.

Flashback de la entrevista con Perón.

Pero acá, más o menos, empieza el libro así que no les cuento más. Solo diré que si el Movimiento Nacionalista Tacuara empezó siendo lo que describí, evolucionará hasta ser algo mucho más complejo y peligroso.

La evolución de Malandras a Tacuara o del mito al hecho

Si Tacuara puede leerse como una continuación de Malandras es por la continuidad cronológica pero también porque ambas tematizan el peronismo (¿algunas de sus facetas? ¿algunos de los grupos que lo conformaron?) y lo convierten en un objeto narrable.
No obstante, el trabajo narrativo, gráfico, los recursos utilizados y el tono que se le confiere a ambas obras no podría ser más diferente. 

En el aspecto visual, las diferencias son obvias: pasamos de un blanco y negro muy estilizado y caricaturesco de apariencia tradicional, a un estilo mucho más realista, a todo color y, evidentemente, resuelto de manera digital.

Pero tal vez la diferencia central radique en que Malandras es una ficcionalización absoluta, casi una ucronía, mientras que Tacuara es la más documentada y fidedigna de las obras de Santullo.
El guionista, en comunicación directa y exclusiva nos dirá al respecto:
Creo que Tacuara es mi trabajo más históricamente fiel. Obvio que hay ficción, dado que los personajes hablan, actúan, hacen cosas que aunque está investigado que efectivamente las hicieron nadie puede decir que fueron exactamente así o que dijeron exactamente eso. Pero por el tema en esta ocasión, el propio movimiento Tacuara y lo que significa, no quise dar mucho margen a la ficción. Me pareció mucho más interesante eso que vos mismo decís, el tono documental. Así que la documentación rigurosa debe andar en lo máximo que jamás he utilizado en cualquier libro de historieta histórica y la ficción en mínimos.” 

Entendemos entonces que, la primera puede permitirse exaltar algunos de los valores centrales de la doctrina peronista, mientras que la segunda tiene que atenerse a la realidad y a sus contradicciones. Incluso cuando la realidad se empecine en resultar confusa y anticlimática.
Pongo un caso a modo de ejemplo: Una de las bases del peronismo (como del fascismo, el nazismo y el catolicismo) es el corporativismo o transversalidad. Es decir que se niega la lucha de clases como motor de la historia porque se le imponen preceptos supuestamente superiores y transversales que podrían articular a toda la sociedad: la patria y el movimiento. El movimiento o el líder… esas dos se confunden un poco.
Según este principio, no importa si sos laburante o empresario, fascista o revolucionario, de derecha o de izquierda. Lo importante es que somos todos argentinos y para un peronista no hay nada mejor que otro peronista. Este corporativismo omnívoro es lo que lleva a que el primer peronismo incluya bajo su manto a personas con objetivos e ideologías totalmente antagónicas.
Ese mito es central en la construcción de la historia de Malandras. Por eso, al momento de la verdad, no importaba si eras un mafioso italiano, un alférez de la marina, un comisario corrupto o un ladrón de colectivos. Lo importante es que todos son leales al general y están dispuestos a jugarse la vida por él. 

Tacuara nos cuenta una historia que es diametralmente opuesta. La historia de como un movimiento se rompe cuando las convicciones de los dos protagonistas, Alberto Ezcurra Uriburu y José Joe Baxter, los llevan a diferencias ideológicas irreconciliables. Y en ese punto, ni el nacionalismo, ni la tercera vía, ni siquiera la amistad los puede volver a unir.

Dos perlitas en un mar de perlas

Para no aburrir, destaco solo dos de mis momentos favoritos de estas obras totalmente extraordinarias:
En medio del conflicto entre peronistas y antiperonistas que articula Malandras, tal vez uno de los personajes más entrañables es uno que permanece al margen: Osiris, el pianista de la tanguería. Este personaje (de moral tan ambigua como todos los demás) se mueve por objetivos totalmente personales y ajenos a la cuestión política. Tal vez porque es artista, tal vez porque es uruguayo (como el guionista) parece ver a la política argentina desde afuera.
No obstante, es el que lleva a cabo la más ucrónica pero, a la vez, la más hermosa reivindicación histórica del libro: cagar a trompadas a un joven Massera.
¡Estos uruguayos… siempre robándonos el protagonismo!

Aunque Malandras gira todo el tiempo alrededor de la figura de Perón, el mismísimo general nunca llega a aparecer en escena. Y está muy bien que sea así porque resulta funcional al relato. En cambio, en Tacuara, como ya analizamos, se impone la realidad y en la realidad Baxter sí tuvo algunas entrevistas con Perón en los tiempos de Puerta de Hierro. Así que, en el capítulo ocho, Dante se enfrenta a la complicación de dibujar a un personaje histórico del que todos vimos miles de fotos. Finalmente, como la entrevista aparece dentro de un relato enmarcado y filtrado por el recuerdo porque Baxter se la refiere a su camarada Nell, Ginevra puede recurrir a un dibujo más suelto e inacabado, resuelto solo con dos colores. Tiene el nivel de detalle necesario para reconocer al personaje pero no tanto como para que una imprecisión resulte chocante.
En ese capítulo se produce otro de mis momentos favoritos: En la primera entrevista, mientras Perón habla de Mussolini, Baxter le cita a Mao. Para la entrevista siguiente, Perón tiene sobre su escritorio una foto de Mao.

“Un vivo bárbaro el general”

La presente edición y la última perlita

La edición de Historieteca está impecable. El papel y la impresión son superiores a los de Fierro y permite leer, por fin, toda la historia junta sin tener que desempolvar cajas de revistas. Cuenta, además con un epílogo escrito por el propio Rodolfo Santullo y el capítulo nueve completamente redibujado por Dante.
Ocurre que con las prisas de la publicación mensual, el dibujante no había quedado totalmente satisfecho con el resultado que se imprimió en su momento, así que decidió rehacer por completo esas páginas. Eso demoró bastante la salida del libro pero el cambio es tan bueno, que dan ganas de que redibuje algunas más.

Las viñetas redibujadas son un sueño.

Y quiero cerrar con un rumor que escuché varias veces y que casi se ha convertido en una leyenda urbana. ¿Cabe la posibilidad de un tercer libro que continúe estos dos y los convierta en una trilogía? ¿Si es así, qué periodo abarcaría?
Una vez más, nos responde Santullo:

La idea está y la hemos conversado, yo quiero cerrar esta suerte de trilogía con Ezeiza y el regreso de Perón a la Argentina, un libro centrado en esa larga jornada del 20 de junio del 73 (que engancharía, por fechas, con el final de Tacuara, así como Tacuara enganchó con el final de Malandras). Pero lo cierto es que los tiempos son pocos. Dante no tiene mucho margen y no sabemos si podremos hacerlo alguna vez. Quizá si consiguiéramos financiarlo en el durante, como hicimos con los otros dos libros gracias a Fierro, sería posible.
Pero por el momento, sólo es una idea.

Interiores. Foto cortesía de Ubik.

¿Cómo que solo es una idea? ¡El pueblo quiere que Santullo y Ginevra nos cuenten cómo del propio peronismo surgieron los Montoneros y la Triple A! ¡Lo necesitamos y lo exigimos! Este jueves 30 de noviembre a las 21:00hs, en Espacio Moebius, es la presentación del libro, con la presencia de los autores. Vamos todos a pedirles el tercero.

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"Tacuara" de Rodolfo Santullo y Dante Ginevra
Reseña de "Tacuara", de Rodolfo Santullo y Dante Ginevra, a cargo de Historieteca y publicada originalmente en Fierro.

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