One World Under Doom: The White Sail of her Soul (Parte 9 – Final)
Llegamos al final del evento en el que Víctor Von Doom se autoproclamó como el emperador del mundo. Fue de más a menos con el correr de los meses, yendo en círculos en donde los héroes parecían una copia del equipo Rocket por las continuas derrotas humillantes. ¿Termina de manera digna todo este viaje? Ahí te cuento, pero antes un breve repaso de cómo terminó todo el mes pasado.
Para dar por terminada la batalla campal que reunía a la mayoría de la comunidad superheroica en su contra, Doom hacía estallar en millones de pequeños pedazos su armadura hiriendo lo suficiente para dejar fuera de combate a todos los presentes. Mientras se regodeaba en su victoria total, Víctor no noto que alguien se había teletransportado en ese mismo instante. Cuando el humo se disipa, ve con horror que dañó a su ahijada. Valeria Richards sufrió heridas mortales. Para colmo el propio Doom había hecho del momento de su mayor triunfo sobre los héroes, un punto fijo en el tiempo, haciendo que sea imposible de deshacer mediante magia o viajes en el tiempo.
El karma es una perra Víctor.
El número arranca con flashbacks de las interacciones que tuvieron Doom y Valeria, de cómo la pequeña se fue haciendo con el corazón de Víctor sin que esté siquiera se de cuenta. De como en todo el universo no hay otra persona a la que considera especial. Después de todo, como él mismo dijo en su momento, solo Valeria tiene el respeto, el favor y el amor de Doom.

Ahora solo queda un dolor tan grande y un arrepentimiento tan hondo que empequeñece al orgulloso emperador de Latveria. No hay nada que hacer, él mismo se aseguró de que no se pudiera alterar ese momento. Sabiendo que en La Tierra no hallaría el modo de enmendar su error, el flamante nuevo hechicero supremo viaja a lugares que los mortales nunca deberían ir… A pedir audiencia con los dioses. Doom no se anda con vueltas cuando está desesperado.
El Vishanti, la triada que tiene grandes poderes sobre la vida y la muerte, se niegan a escuchar a Doom, solo le hablan de deber y consecuencias. Frustrado, decide ir a lo más alto de la cadena, al mismísimo Living Tribunal. Doom está dispuesto a negociar. Que Valeria vuelva a la vida a cambio de… lo que sea que pida. Pero el Tribunal sabe que Víctor solo quiere aliviar su dolor, liberarse de la culpa.
Doom le pide al Tribunal que mire en su alma, que vea todo lo que es y lo que lo trajo hasta ese momento. La máxima deidad ve lo que esperaba, rabia, culpa, arrepentimiento, una salvaje ambición y algo más: Verdadero amor por su ahijada, lo suficientemente fuerte para que el Tribunal esté dispuesto a negociar.

En un espacio entre la vida y la muerte, Doom le dice a Valeria que ella volverá a vivir. Val sabe que hay un costo y que el precio ha de haber sido terriblemente alto. Para empezar ya no cuenta con la capa de levitación ni el ojo de Agamotto, ya no es más el hechicero supremo. Pero seguro que eso no fue todo.
Víctor le dedica una palabras finales a su ahijada, le dice que su alma regresará, que su cuerpo será restaurado, lo que le haya costado es irrelevante, “Doom -solo Doom– lidiara con las consecuencias”. Es por mucho el HDP con más carisma de todo Marvel, lo digo y lo mantengo hasta mí lecho de muerte.
Valeria aparece en Latveria, Su familia, los 4F, no entienden que paso pero agradecen el milagro, ella sabe bien lo que pasó. “Doom me salvó”.

Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé y Doom también
¿Qué pasa con el mundo después de que Doom desapareciera abdicando al título de emperador?
Lo de siempre, gente que lo toma bien y gente que lo toma mal, las opiniones polarizadas están en todos lados. Los que creen que Doom estaba haciendo las cosas bien y los que lo ven como alguien dispuesto a sacrificar a la mayoría con tal de mantener su poder. Los héroes han pasado con más pena que gloria, las repercusiones sentarán las bases para el próximo evento el año que viene (de acá a dos meses).
Hay espacio y un poco de tiempo para una última despedida. ¿De quién? Richards, siempre Richards por supuesto. No podía ser de otra manera.
Doom aparece en el laboratorio de Mr. Fantastic. Reed lo pone al día, todo lentamente vuelve a la normalidad, y eso es justamente lo que decepciona a Víctor. El líder de los 4F le dice que ahora están en un punto más complicado, con una importante brecha entre los que aún apoyan a Doom viéndolo cómo una figura religiosa y los que solo ven al villano dictador, con violencia cada vez más frecuente entre ambos bandos. El mundo ha quedado herido y con cicatrices, Reed lamenta que Víctor no fuera un mejor gobernante, que su ego y ambición lo desviaran. Víctor en cambio lamenta no haber quitado del medio a Reed y todo superhéroe desde un principio. En ese ida y vuelta, Doom le revela que está muriendo y que tiene un último pedido.
Acá se da un cruce sumamente divertido, Reed le aclara que no lo salvará, a lo que Doom con esa arrogancia que lo caracteriza le responde “por supuesto que no podes salvarme, así como no pudiste derrotarme”. Ni con la muerte pisándole los talones pierde oportunidad de humillar el buen Víctor. Basado, cómo dirían los pibes ahora.
Doom se desintegra y ante Richards solo queda su metálica máscara, la que en su lado interior contiene el último pedido, que en realidad es el testamento y última voluntad de Víctor Von Doom, el golpe final es nombrar a Reed como administrador y ejecutor de la misma.
No sé iba a ir sin joder por última vez (hasta un tiempito al menos) a su némesis declarado.

El final importa
Ryan North cierra la historia de una manera más que digna, apelando al lado más emocional de Doom. Hubo que esperar 9 números para ver un cambio en el personaje, nosotros cómo lectores podemos dar la misma sentencia que dio el Living Tribunal, “es meritorio”.
Casi al principio de esta historia me había declarado fan de cualquier interacción entre Doom y Valeria, así que no puedo ser muy objetivo cuando prácticamente la totalidad del final de esta historia va sobre ellos dos. De cómo el amor que siente por su ahijada pesa más que su ambición, su ego, sus títulos, sus posesiones, su vida. Víctor lo dio todo para que Valeria vuelva a vivir y lo hizo sin ningún remordimiento o duda, quizás el acto de amor más grande que haya hecho el personaje en toda su historia. No es poco. Me gustó que los héroes no tuvieran cabida, el error fue de Doom y solo él podía enmendarlo, Víctor se va por la puerta grande después de negociar con la máxima autoridad del universo, de dejar a una gran parte de la población del mundo que lo ve como un héroe incomprendido, un salvador. Y para cerrar deja a Reed puteando al darse cuenta que lo obligó a hacerse cargo de que se cumpla su testamento. Un campeón.
Por la parte mala podemos decir que se plantean muchas cosas que básicamente son el preludio al siguiente evento, el ejemplo más sangrante es que habrá que esperar un especial el próximo mes para saber de qué trata la última voluntad de Doom. La fábrica de chorizos que es Marvel no para un minuto.
Por el lado del arte que siempre fue de sobresaliente a excelente, tenemos al dúo dinámico de R.B Silva en el dibujo y David Curiel en el color. Después de luchas multitudinarias que se entendían perfectamente lo que prima en este final son las reacciones de los personajes, sus gestos. Destaco la mirada de auténtica sorpresa por el beso en la metálica mejilla que le da Valeria a Doom, el abrazo lleno de tristeza cuando ve que la pequeña ha muerto, el grito de ira para hacerse escuchar con los dioses de Vishanti y finalmente esa expresión final de Reed al leer la última voluntad de Víctor.
Páginas hermosamente dibujadas que conmueven y hasta sacan una sonrisa.
David Curiel se desata del todo y nos da páginas tremendas que parece que en cualquier momento te queman los dedos, si es que primero no te dejan hipnotizado. La última charla con Valeria, la audiencia con el Living Tribunal, y sobre todo el momento en el que vemos el alma de Doom… son imágenes que si fuera posible, uno se las tendría que tatuar en la memoria. Hermoso todo.
*Momento Doom: Antes de desaparecer, el más carismático de los villanos que alguna vez haya leído, lanza una última petición que bien podría ser una advertencia “Take good care of my world” (cuidá de mi mundo).
Socio vitalicio del Club Atlético Latveria.
PD: Qué portada más vende humo, hermano.

