“El Espíritu de Mascarín” de Oswal
Una creación de Osvaldo Walter Viola, “Oswal”. Editado por Deux Studio.
El desafío
Había leído algo sobre esta historia y tenía mucha curiosidad. Según nos cuenta el epílogo, esta obra fue creada originalmente en 1974, para la revista Chaupinela (Ediciones De la Urraca), ¡en capítulos de dos páginas de 40 a 50 cuadros! En 2001 surgió la posibilidad de ser re-publicada por Lanciostory, Eura Editoriale, y el mismo Oswal, con ayuda de su hija Silvina Viola hizo el remontaje a 10 páginas por capítulo. Y por remontaje me quedo corto. No aguanté la curiosidad y busqué en el Archivo Histórico de Revistas Argentinas (AHIRA, ahira.com.ar), para ver que en realidad, el trabajo fue prácticamente redibujado. Esa es la versión que actualmente publica Deux.

Mascarín es, ante todo, un desafío creativo para un dibujante y narrador. Creo que a Oswal le divertían estos desafíos, ya había tenido que representar visualmente el sonido en Sonoman, recuerdo también, en los 90’s (para la revista Cóctel) una historieta hermosa cuya protagonista era una mujer invisible…
Un héroe sin rostro
Mascarín cambia de apariencia casi instantáneamente, imitando a la perfección a cualquier persona. Puede ser hombre, mujer, un anciano, una anciana, ¡hasta un bebé…! ¡En uno de los textos, el autor llega a preguntarse si será acaso un ser humano! Siempre con espíritu justiciero, desde resolver difíciles casos policiales hasta asuntos más banales, como un jefe de oficina despótico, un bacán que quiere burlarse de una chica humilde, un viejo demasiado cascarrabias que ha olvidado cómo sonreír…
Su enemigo es, irónicamente, Rodríguez, el jefe de policía de la ciudad, que siente celos porque ha resuelto uno de sus casos. El arma que utilizará para detenerlo será Eulalia, una flor artificial que es una supercomputadora, capaz de detectar a Mascarín a pesar de los disfraces.

Hacia el final, la tensión va en aumento debido a los roces con el jefe de policía. Mascarín comienza a sentir ciertas contradicciones en sus actos. Primero tiene que manchar el buen nombre del jefe Rodríguez para lograr escapar, en otro capítulo se inculpa a sí mismo de un crimen para salvar al verdadero asesino. Mascarín luchaba contra la injusticia, y ahora él podía llegar a cometerla. Además, Flora, la secretaria del jefe Ramirez, a pesar de no conocer su rostro, ni saber si es hombre o mujer, o qué, se enamora de Mascarín, lo cual genera todo tipo de situaciones engorrosas.
Una lectura divertida, con momentos muy logrados. Otros, algo extraños, debido a este remontaje por el cambio de formato que explicaba antes, donde algunas partes parecen haber sido eliminadas para ser reemplazadas por texto. Habría que cotejar con el material original, pero igualmente, la historia funciona.

La pluma salvaje de Oswal
El trabajo de Oswal es para admirar detenidamente. La narrativa es fantástica, el movimiento, el uso de las líneas cinéticas, de las onomatopeyas, la gestualidad de los personajes, las luces y sombras, el trazo dinámico. ¡Una verdadera delicia!
En esta ocasión, Deux ha hecho un buen trabajo. Una hermosa portada, en un buen papel tipo cartón, buen papel también en el interior… por lo que he oído, Silvina, la hija de Oswal, ha tenido mucho que ver.
Creo que esta obra merece ser considerada para las premiaciones a los rescates editoriales del año.