Análisis del último trabajo de Kundo Krunch, editado por Locorabia.

“No Robots” de Kundo Krunch

Dos fueron las novedades que dejó 2024 en lo que respecta a la colección Grampas, serie de publicaciones de Locorabia Editora con trabajos de mediano aliento; No Robots y Pasto y Concreto. Ambas obras se enmarcan en el género ciencia ficción y fueron previamente serializadas en soporte digital desde el clásico E-Zine del sello. La entrega que nos ocupa, es el cuarto título de la serie y representa, también, el debut como autor integral del lapicista marplatense Kundo Krunch, seudónimo de Facundo Pérez Cejas (Mar Del Plata, 1988), quien se despacha con un relato denso, oscuro, con toques de sexo y violencia, decididamente orientado a un público adulto, cuya edición cuenta con una lograda portada del propio creador y 48 páginas B/N y gris, impresas en el tradicional formato 24×17 cms.

La rebelión de las máquinas

El argumento se encuentra ambientado en un futuro distópico, no demasiado lejano a la época actual, donde estas ‘Inteligencias Artificiales Autónomas’ de apariencia, hábitos y rasgos humanos han coexistido en paz durante años con nuestra raza. Dicha inclusión se vio comprometida desde el momento mismo en que estos seres decidieron reclamar sus propios derechos. Considerados un peligro para las personas, fueron primero marginados, para luego operarse sobre ellos una desactivación masiva. Esta historia trata sobre la desesperada lucha por la supervivencia de las últimas unidades operativas, y sus diversas interacciones con seres humanos, en la marginal Deckard City. Los altos costos a pagar por ello, las diferencias, pero también, semejanzas, entre unos y otros. Además de sus asimétricas formas de relación.

Luna queda en evidencia.

Con un elenco compuesto por tres personajes principales, los subplots de cada uno comienzan a entremezclase en torno a Nicolas ‘Nic’, ambiguo controlador estatal encargado de canalizar denuncias ciudadanas sobre la presencia de unidades robóticas hacia agentes especiales destinados a exterminarlos. A él acudirán en distintos momentos de la trama, una anónima robot-escort que acaba de denunciar a una compañera por poseer su misma condición, tras un trío sexual fallido con un habitual cliente humano. Pero también, la intensa Natazia, una exprostituta que se encuentra muy emocionalmente ligada a un viejo robot masculino caído en desgracia. Los conflictos particulares de los protagonistas irán asomando alternativamente, hasta eclosionar de modo impensado sobre el tramo final, develando más de una sorpresa.

Robot salvaje

Contando con una extensión acotada, el guión opta (inteligentemente) por narrar dos historias mínimas, oficiando de marco para una tercera, que atraviesa y funciona en relación a ambas. De tal manera que los matices adquiridos por Nic resultan tan o más interesantes que los del resto. A excepción de Natazia, tal vez. Asimismo, los flashbacks están correctamente articulados, ayudando a explicar los motivos de su perverso accionar, pese a la replica desafortunada de cierta vacía proclama expresada por un nefasto primer mandatario de estas latitudes, en boca de su padre, que poco o nada aporta al contexto, ya que se supone que la acción no transcurre en el sur del mundo. Por lo demás, tanto la construcción de personajes (primarios y secundarios), como los diálogos, están bien, lo que redondea un debut auspicioso en este apartado.

Natazia, huyendo con su salvador.

La faz gráfica, por otra parte, resulta por demás lograda. Al estilo minimalista y áspero característico de sus trazos, jugado de lleno al claroscuro, Kundo aporta una notable utilización de los grises, para dotar de mayor profundidad a las luces y sombras de los diferentes entornos urbanos y decadentes por los que transita el trío protagónico, de correcto diseño. Además de una rica gestualidad, buen desempeño en las escenas de acción y sexo, hay un hallazgo interesante en materia de narrativa temporal. Puntualmente, sobre la primera parte, con la forma elegida para plasmar una secuencia de persecución que involucra al agente especial Tedeus, y su cuenta regresiva de treinta segundos para eliminar a Luna, que transcurre en un viejo y derruido edificio de departamentos. 

En síntesis, estamos frente a una grata sorpresa en el panorama editorial nacional, que revela otra faceta del talentoso creador marplatense, en constante crecimiento profesional.

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Análisis del último trabajo de Kundo Krunch, editado por Locorabia.

“No Robots” de Kundo Krunch

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