¡El Staff de Legado de Orfeo hace su balance sobre las mejores lecturas del 2024!

Las mejores historietas argentinas del 2024 según Legado de Orfeo

Otro año se acaba. Adiós 2024. Todos hacen balances sobre el año, aciertos y pifias. Nosotros hacemos lo mismo, pero con las historietas. 

Entonces, desde el staff, compartiremos nuestras lecturas favoritas, un listado de lo que consideramos, entre todos, lo mejor del año. ¿Cuántas? ¿Formato? ¿Reediciones? ¿Digitales? No nos importó fijarnos en eso, mientras estemos hablando de obras impresas en el 2024…

Participamos: Maximiliano Britos, Facundo Vázquez, Aníbal Berrey, Flor Pérez, Nicolás Taramasco, Rocío Quiroga, Danilo Guida, Mariano Sicart y Pablo Rescate… terminamos presentando 15 obras, que contrastan muy bien por la diferencia de intereses entre lectores, y lo variopinto que ofrece nuestro bello mercado.

Sin orden, excepto alfabético, van nuestras lecturas favoritas del año (¡y atención que algunos se emocionaron de más y se mandaron una cuasi reseña!):

¡Basta, Monito! – Dolores Alcatena (Jano Comics)

Por: Maximiliano Britos

Ya se volvió una suerte de ritual personal esperar todos los años un libro de Dolores. Con ¡Basta, Monito! se sumó el extra de encarar uno de esos universos que me fascinan y vienen del lado de India. El Ramayana, sus deidades y mitología presentados por la autora, pero desde una perspectiva más bajada a tierra para que podamos ser testigos de los acontecimientos a través de un monito berrinchudo llamado Upendra.

La historia de Rama, Sita, Hanuman… están narradas con una singularidad única. Dolores toma mitología y la hace personal. En este libro de 180 páginas que se leen sin esfuerzo (y lo digo como cumplido), tenemos un trabajo súper consistente. Dolores es una autora que destaca muchísimo no solo por su estilo de dibujo, sino por los temas que narra (y la forma en que los narra). Sin lugar a dudas, sigue siendo una de las caras que lideran la historieta hecha por jóvenes autores. Este libro, además de ser una bella lectura y poseer esos hermosos trazos tan distintivos, es un esencial en la “Doloteca” que no dejaría de recomendar. Y si encima les interesa el Ramayana, la cultura de la lejana India, sus dioses… ¿Qué más se podría pedir?

“Antídoto” de Alejandro Farías y Marcos Vergara (Loco Rabia)

Por: Pablo Rescate

Qué linda historietita que es Antídoto, de Alejandro Farías (guión) y Marcos Vergara (dibujo y color). El diminutivo no lo pongo peyorativamente, al contrario. Me refiero no sólo al tamaño y formato del volumen en el que la han recopilado este año, un cuadrado de 15 x 15 cm. (para lo cual fue adaptada con respecto a su publicación original por entregas, en el zine virtual de Loco Rabia, allá por 2016 si no me equivoco). Es, además, una obra de pocas pretensiones, un divertimento. Pero no por ello una obra menor. Un contraejemplo de los mismos autores sería La vida está en otro lado (2018), una novela gráfica de mayor densidad temática y un tratamiento estético diametralmente opuesto. Acá es otra la motivación: a partir de unos diseños de personajes que Vergara tenía garabateados, Farías se largó a crearles unas circunstancias y un entorno sobre los cuales la historia fue apareciendo. En cuanto al guión, esa dinámica lúdica y ese disfrute son palpables a través del humor en los diálogos y el buen ritmo de la narración. Por su parte, el estilo “funny” de los personajes antropomorfos, la acción bien coreografiada y la paleta de colores, son los activos de la faz gráfica. También se destaca la ambientación, una suerte de Mos Eisley en el altiplano.

“¿Y de qué va?”, preguntarás. Sobre eso ya se explayó Rodrigo Argain en este mismo sitio cuando el libro se publicó (click acá si te lo perdiste), pero se puede sintetizar como una suerte de road comic de apenas una parada, con enredos de animalejos drogotas que se meten en una persecución ajena, y terminan topándose con una conspiración de corte epidemiológico.

La verdad es que este Antídoto no operó como tal contra 2024, tan jodido de principio a fin. Pero sin dudas ha sido un aliciente, una historieta divertida y bien contada que me hizo pasar un buen rato, como se nota que disfrutaron los autores al hacerla también. Lo cual no es poca cosa. Habrá que ver con qué sigue este gran dúo dinámico de la historieta nacional.

Que 2025 te traiga buenas lecturas. ¡Salú!

Buscavidas de Trillo y Breccia (Sector Ediciones)

Por: Facundo Vazquez

¡Cómo estuvimos este año con las reediciones!
Por un lado, una gran alegría y un acto de justicia con la calidad de tantas obras que estaban casi relegadas al olvido. Por otro lado, los lectores viejos (que somos los que amábamos estas obras) nos encontramos en la disyuntiva de cuánto queríamos volver a comprar.
Entre el aluvión de “rescates editoriales” debo destacar la publicación de  Buscavidas en coedición entre Sector Ediciones y Doedytores por varios motivos.
Seguramente el principal sea la enorme relevancia histórica de sus autores. Carlos Trillo es uno de los guionistas más admirados de nuestro país y Alberto Breccia es, indiscutiblemente, el dibujante de historietas más groso de la historia del mundo.
Por otra parte, la serie publicada originalmente en Super Humor tiene un enorme valor como testimonio de su época (los últimos años de la dictadura militar) y como una muestra de la evolución gráfica que El Viejo estaba experimentando en ese momento.
A todo esto se suma el hecho de que esta es la primera edición completa que sale en nuestro país, ya que ni en las revistas originales ni en los álbumes de los noventa se había publicado el capítulo final.
Pero si quieren saber más, vayan a la reseña completa en la que damos toda la información y hasta conversamos con Javier Doeyo que siempre tiene la posta.

Dora: La ciudad Muda (Hotel de las Ideas)

Por: Maximiliano Britos

Por cuestiones personales (y subjetivas), no puedo plantear la idea siquiera de dejar afuera de cualquier recomendación o mención a la obra absoluta de Ignacio Minaverry. Dora ya está instalado en la cabeza del lector argentino como sinónimo de calidad asegurada. Y La ciudad muda, último relato publicado sobre la historia de Dora Bordavid, es un respiro para el frenesí de la búsqueda nazi y un descanso para ese ganado autodescubrimiento que vivió a lo largo de tantos años. Dora y su relación con Geneviève toman el protagonismo en esta historia, que después de un par de “flashbacks” de entregas anterioresl, se agradece por darnos un empujón y seguir adelante.

Pero, ¿cómo siguen adelante los personajes? en un mundo homofóbico, en otra época, con otros miedos, lo que hace Minaverry, ya muy cómodo con su pluma y su estilo, es no solo explicarnos el título de la obra con un discurso interno de personajes, sino que nos da el tiempo de cosechar lo sembrado, de disfrutar (o sufrir) con estos personajes que ya conocemos hace tantos años. Dora es sinónimo de historieta argentina, y es sinónimo de calidad. Es imposible no leerlo y no recomendarlo. Por mucho más Dora.

Efecto Malena Integral (Deriva)

Por: Rocío Quiroga

Sigo a Matías de Vincenzo desde que lo descubrí muy azarosamente, cuando empecé mi camino acá, con “Retrato de un trompetista”, historieta autoeditada del 2023. Desde ahí, no pude parar. A diferencia de quienes fueron leyendo número a número la publicación de “Efecto Malena” (2024) con Rodrigo Canessa en el guion, yo esperé la edición integral. Y qué hermoso fue descubrir página a página las labores de estos muchachos que te hacen ir y venir una y otra vez con las trampas, tanto narrativas de trama como de dibujo, que te dejan a lo largo del camino. No te podés olvidar de ninguna migaja en esta historia en la que Malena, nacida un 29 de febrero, solo aparece en la vida terrenal en los años bisiestos causando líneas de tiempo que se abren en múltiples escenarios posibles. 

Esta obra tiene de todo: drama, Ciencia Ficción, policial, referencias cinematográficas y música, mucha música. Esa ya es una marca registrada de Matías que hace que te pongas en ambiente con los diferentes capítulos en los que la cosa se complejiza y los personajes te confunden si no estás ahí, en esa cápsula de atención minuciosa entretejida por la perfecta combinación de una buena historia y las ilustraciones que, en el diagramado de página, te incita a que no te pierdas de nada. Nabokov decía que un buen lector es un “relector” y “Efecto Malena” te convierte en eso, en un lunático que quiere entender qué pasa, a quiénes les pasa y por qué. Si la recomiendo, no es solo porque me encantó, sino porque todavía me tiene atrapada buscando en los vericuetos de sus laberintos. 

El Espécimen Vitruvio – Eduardo Mazzitelli y Quique Alcatena (Gcomics)

Por Mariano Sicart

Previamente serializada en formato webtoon por el portal  gcomics.online, hacia Agosto pasado llegó al papel una nueva maxiserie del recordado guionista Eduardo Mazzitelli (1952-2024) y el enorme dibujante Quique Alcatena, consagrado equipo creativo de nuestra historieta con proyección internacional y más de tres décadas de trabajo conjunto a sus espaldas, en un cuidado libro de 194 páginas B/N, impreso en tamaño 25 x 18 cms. En la práctica, el volumen contiene la última colaboración firmada por la querida dupla artística, puesto que la obra en cuestión fue producida durante el año pasado. Un ‘plus’ que vale doble, ya que es la primera vez que la pujante editorial dirigida por Gonzalo García Rodriguez y su hija, Cata García, publica material de ellos.

Lograda aventura fantástica dividida en dieciseis capítulos, se encuentra ambientada en la Inglaterra victoriana y tiene por protagonista al joven e inquieto científico Theo Van Rusell, quién se encuentra empeñado en la búsqueda del ‘humano perfecto’, suerte de eslabón perdido de la cadena evolutiva que habría alcanzado el máximo desarrollo físico y mental posible. Para probar la veracidad de tal teoría frente a la comunidad académica de su tiempo, se embarcará en una riesgosa travesía por los más recónditos parajes del mundo conocido, indagando sobre distintas variantes de la raza humana, hasta dar con el espécimen del título. Como suele suceder en estos casos, las múltiples instancias del viaje terminarán por redefinir sus convicciones de manera impensada.

Magia textual y gráfica para alquilar balcones, por última vez. Un tomo que no puede faltar en la biblioteca de quienes disfrutan de la buena historieta nacional. O mundial.   

Jeny y el postmundo – Hor Lang (Hotel de las Ideas)

Por: Aníbal Berrey

La Jeny tiene un arma

Pocas cosas hacían más soportable la pandemia como leer la tira (o viñetas) semanal del pequeño Timy. Pero este año pudimos disfrutar de otro proyecto de Hor Lang (Horacio Langlois), primero publicado en el sitio Webcomic Mutante y luego por Hotel de las ideas, en el que cambia de registro pero mantiene la calidad. Y por eso lo consideramos de lo mejor del año.

Vayámonos al “post-mundo”. Un futuro de extraterrestres, robots, y mutantes. Y cualquiera es cazarrecompensas. A eso se dedica Jeny, nuestra protagonista, que se las rebusca con pequeños “trabajitos” mientras vamos descubriendo su pasado y el increíble mundo que la rodea (que por momentos es muy reconocible). Si bien la premisa no es lo más novedoso, lo mejor es el balance que logra Hor Lang entre la acción, la aventura, el humor y los personajes. Estamos ante una épica aventura de veinte capítulos, de diez páginas cada uno, donde no faltan las construcciones y desarrollo de personajes, con un dibujo enérgico, en el que cada uno encontrará tanto de la ciencia ficción de los 80 como también de manga. 

Julio César de Eduardo Risso y Ricardo Ferrari (Puro Comic)

Por: Nicolás Taramasco

No tengo la edad para ser un “columbero”. Tampoco tengo ganas de ser de esos viejos rancios que desprecian todo lo nuevo, sobre todo si está hecho por una mujer o si tiene contenido LGBT+. Sin embargo, comencé a leer Columba desde muy chico. Había dos revistas en casa, no recuerdo si D’artagnan o Nippur Magnum. Luego, heredé de un pariente un pilón de revistas más, cuando ya estaba en la adolescencia. Más de grande, las seguí comprando durante un tiempo, cuando en las librerías de saldos casi que te las tiraban por la cabeza. Entre el océano de autores que presentaba la editorial, era muy fácil quedarse con los nombres “clásicos” que allí pululaban: Robin Wood el primero, luego Lucho Olivera, Villagrán, Merigi, Ray Collins, Gustavo Amézaga… Leí varias cosas de Ricardo Ferrari en esas páginas, pero sueltas, siempre al final, cuando ya había leído todo lo demás que quería leer. Lo pasé muy por encima a Ferrari. Incluso leí su Julio César, un capítulo suelto, el de los piratas. Estaba bien, pero no me impresionó demasiado. Lo dibujaba Eduardo Risso, pero con esos colores de imprenta que ponía Columba tampoco se lucía demasiado. Es por eso que hago este mea culpa.

Este año descubrí realmente a Ricardo Ferrari gracias a Puro Cómic y su rescate de Julio César. Ferrari arranca la obra de la forma más épica posible: una profecía. Tres, de hecho. Pompeyo, Craso y Cayo Julio César visitan a la Pitonisa. Cayo es un joven talentoso en el combate y, sobre todo, astuto. Pero carece de ambiciones más allá del vino y las mujeres. “¿No te interesa saber tu destino?” le pregunta la Pitonisa, sabiendo que Cayo es el mejor de los tres. “¿Para qué? Eso haría todo muy aburrido”, le responde el tercer león. Pompeyo, Craso y Cayo sellan una alianza infame que hará temblar Roma. Así, Cayo inicia el camino del héroe que lo convertirá en la encarnación de la ambición y el poder: César. Hay un gran acierto, sútil, en la construcción del personaje. Su motor no es la ambición o el poder en sí mismos, sino uno más elevado: construir su Destino. Luego vendrá el Cayo Julio militar, que comparte el hambre y el frío con soldados incompetentes hasta convertirlos en la Legión del César. Luego vendrán las Galias y Egipto. Luego vendrá Roma.

Ricardo Ferrari logra un drama histórico superior a cualquier serie de HBO o Netflix. Ridley Scott debería haber leído a Ferrari antes de hacer ese esperpento de Gladiador II. Este autor no necesita de golpes de efecto baratos para mantenernos interesados. Cada personaje, cada conspiración, cada batalla, sirve para convertir a Cayo en César. Ni hablar de los dibujos de Eduardo Risso, que al fin se lucen en espectacular blanco y negro. Esas sombras tan características de él, representan a la perfección una Roma brillante de día, y llena de intrigas por la noche. Además, refleja esa dualidad del César: ¿es un héroe? ¿un salvador? ¿o un conquistador sangriento? 

Para finalizar, debo decir que me fue imposible no ver una comparación entre Julio César y figuras como Juan Domingo Perón o Juan Manuel de Rosas. Más allá de las cuestiones ideológicas, César abarca esa cualidad del Hombre que no es del Pueblo, pero representa al Pueblo. Porque al final, las acciones de Julio César no importan. Un líder es un símbolo, su función es la de inspirar. Y César logra inspirar a un pueblo romano cansado del hambre y la miseria, mientras el Senado disfruta de los festines y de las mieles que dan las campañas militares. César comprende que solo puede gobernar si Él es el Pueblo y el Pueblo es Él. César es Roma.

La rebelión de Ian Debiase (Hotel de las Ideas)

Por: Facundo Vazquez

Un ajuste económico feroz que impacta sobre los más pobres; el aparato represivo del estado imponiéndose a sangre y fuego; las centrales sindicales sobornadas haciendo la vista gorda; y la única fuerza que se alza, la única que pelea, la única que nos puede salvar es la unión de los trabajadores y los estudiantes.
Se impone aclarar (por aquello de que la historia se repite y lo que fue tragedia se convierte en farsa) que no estoy hablando del presente de nuestro país sino de mayo de 1969. De la heroica rebelión popular que conocemos como El Cordobazo y que Ian Debiase plasma en La Rebelión.
Como uno de los primeros admiradores de esta obra que me enamoró desde su entrega inicial en la Fierro Digital, no puedo menos que expresar mi alegría ante su definitiva publicación en formato físico a cargo de Hotel de las Ideas.
No me voy a extender demasiado acá ya que la reseñé por extenso en el momento de su edición e incluso, el capo de Ian se prestó a responder algunas preguntas para que el lector tenga toda la información necesaria a la hora de tomar la única decisión coherente y razonable: comprar el libro y leerlo una y otra vez.
Con el 2024 terminando, no me arriesgo demasiado al decir que muy probablemente sea el libro del año.

La Soldadera de Walter Slavich y Enrique Breccia (Deux)

Por: Danilo Guida

La tan criticada editorial, (a veces justificadamente: tiradas chicas, impresiones defectuosas, errores en las biografías, diseños de tapa bastante fuleros…), muchas otras de manera exagerada o con una saña excesiva; con esta historieta (y con varias otras creo yo) Deux Books comenzaba a superar con creces esa pesada marca. Después también saldrían Mascarín, Big Rag, (ambas de Oswal) y Los Enigmas del PAMI, también de Breccia, a reforzar esta idea. 

En esta oportunidad, todo fue como debería ser. Una portada sobria con un diseño agradable en una buena cartulina, una impresión correcta (hasta donde yo puedo apreciar), las biografías sin sorpresas, información sobre la obra, ¡y hasta un prólogo de Luciano Saracino!

Lo dije cuando salió, y lo repito ahora, que probablemente estamos ante uno de los libros del año.

La Soldadera es un viaje, una zambullida por el espíritu de la revolución mexicana. Con sus mitos, sus leyendas, sus símbolos, y por supuesto su violencia.

Soldadera se llamaba a la mujer que acompañaba o participaba en la revolución mexicana, pero esta soldadera, Martina Velázquez, persigue a un aprendiz de revolucionario para matarlo porque osó dejarla plantada en el altar para unirse a la causa de Pancho Villa. Su padre (Robustiano Velázquez) es el hombre más rico e importante de México, él pondrá todos sus recursos para traer de vuelta a la descarriada de su hija.

Así comienza esta serie de 20 capítulos que va creciendo, ganando en complejidad, con unos personajes interesantísimos y un arte que es para aplaudir de pie.

¡Es Enrique Breccia, señores! Que además está prendido fuego, La Revolución Mexicana le va como anillo al dedo, y Slavich le presenta el terreno para que nos deleite con “la belleza del horror” que tan bien sabe dibujar, tanto en sus momentos más realistas, como en sus divagues surrealistas, donde la muerte es claramente un personaje más. Acaso, la verdadera gran protagonista de esta historia. Más adelante en el año, el Churrique continuó sorprendiéndonos con más material, tanto de rescate como inédito. Pero esa, como decía la película de Conan el bárbaro, esa es otra historia.

Las Durmientes de María Eugenia Alcatena y Muriel Frega (Leitmotiv)

Por: Flor Perez

“Las durmientes”, de María Eugenia Alcatena y Muriel Frega, explora la intersección entre cuerpo y sueño a través de cuatro relatos cortos. Cada historia aborda la transformación corporal influenciada por elementos oníricos, sobrenaturales y tecnológicos, cuestionando los límites de la identidad humana. Esta colaboración ofrece una experiencia visual y literaria que invita a reflexionar sobre la vulnerabilidad y plasticidad del cuerpo humano frente a fuerzas más allá de lo tangible.

Alcatena (quien viene de las letras) utiliza un lenguaje conciso, dejando espacios para que el lector interprete las conexiones entre lo dicho y lo no dicho; mientras que Frega (a quien quizás conozcan por Modus Operandi) construye las historias desde los inquietantes colores fríos con composiciones descentradas que rompen el esquema tradicional de cuadros. Ambas, desde su metier, contribuyendo a la idea de los cuerpos en constante transformación. 

Lost Word (Vol.1) De Mauro Mantella y Darío Bustamante (Rabdomantes)

Por: Maximiliano Britos

Ya he reseñado en su momento esta genialidad que salió por Viñeta 1 (v1) y que ahora Rabdomantes nos dio el gustazo enorme de editarlo en papel, ideal para completar la Mantecatella (o Mantellateca, creo que con el colega Damián Pérez dejamos esta terminología abierta).

Lost Word es un mundo donde los héroes no existen. Pero que parece que quieren existir, empiezan a existir. Hay un fácil rastreo (Bah, no tan fácil) a personajes conocidos de la Golden Age siendo homenajeados. Los orígenes de este mundo que fue robado de sus héroes, secuenciado en páginas de 9 viñetas, con detalles y narrativas que también referencian al gran mago de la historieta mundial Alan Moore, tiene un ritmo riguroso de presentación y un estilo de dibujo detallado y preciso para que la experiencia inmersiva sea mayor. Sin lugar a dudas, así como más adelante menciono (¡spoiler!) que historietas como las de Nicolás Brondo, que son algo cercano al género Shonen, casi no existen en nuestro mercado (y que de existir, caen en facilismos), Lost Word es el otro extremo, el que esgrime Mantella: El de la escuela británica de comics. Siendo fiel a sus maestros e inspiraciones, acá también tenemos héroes, pero no son “superhéroes argentinos” (y agradezco por esto). Lost Word podría haber sido concebida en otra parte del mundo y por otro autor. Pero tocó que sea un argentino, y tenemos que agradecer siempre estas joyas. Y a esperar la segunda parte.

Machine Asimov de Nicolás Brondo (Webcomic Mutante/Comic.Ar)

Por: Maximiliano Britos

Salió por Webcomic Mutante. La recopila, para los fans del papel como yo,  Comic.Ar (van 2, esperamos el tercero…). Y el autor de esta locura es Nicolás Brondo.

Haciendo algo que no abunda en la historieta argentina, Machine Asimov es un delirio cósmico de personajes, peleas, diseños extraños y excéntricos, peleas, una ciencia ficción que se introduce de una como algo normalizado, peleas… Y una simplicidad de diálogo que se agradece muchísimo al genio cordobés Nicolás Brondo, porque no nos corta la lectura con explicaciones largas, no nos fumamos diálogos aburridos, y nos da esta trama que es muy raro de ver en publicaciones nacionales, pero que son muy comunes en géneros como el shonen en japón. Es el mismo aire que nos daba con Chica Alien, pero sin la urbanidad: Coliseo, poderes, tribuna… ¿Qué más queremos?

Es imposible no encontrar lugares o detalles comunes con otras obras, Galaxia muy lejana, Coliseo que parece sacado de un WarWorld… ¿Gladiador? Sí, luchemos por nuestra libertad. ¿Dictadores? También. ¿El nuevo guerrero? Un cordobés que la lleva cortita y al pie, quien le da nombre al título: Machine Asimov.
Obviamente que hay intriga, otros villanos, quilombo por detrás, y el simple misterio de saber qué está pasando y de donde salen todos estos tipos. En mi cabeza, Tetsuo de Akira y Wolverine son mandados a Sakaar, donde probablemente aparezca el primo del General Grievous y alguien flashee con un kame-hame-ha.  

Más allá de la versatilidad dinámica de sus viñetas y peleas, festejo muchísimo Machine Asimov por entrar en un terreno que no se explota en lo local (y cuando se explota, suele tener resultados bastante polémicos). Otro autor hubiese intentado vendernos un superhéroe argentino (claro, este es cordobés), pero Brondo nos vende peleas interestelares con ese sci-fi extraño que se nota que disfrutó muchísimo haciendo y no lo hizo por compromiso. De Fan (con talento) para fan (que lee). 

Satén Rosa Rosa de Paula Boffo (Deriva)

Por Rocío Quiroga

Lo que me puede, principalmente, de Paula Boffo, son sus colores. Papá, qué manera hermosa de mezcla, es hipnótica. Disfruto completamente esa combinación de paletas que le son tan propias y tan bien logradas. Lo otro, y no menos importante, la cantidad de cuerpos desnudos y cogiendo que encontrás. No hay pudor, no hay censura ni mucho menos conservadurismo en estas representaciones de sexualidades en constante experimentación. “Satén Rosa Rosa. Una colección de relatos eróticos” es, como lo dice su título, una antología en la que lo que no va a faltar es lo erótico. Ahora bien, podría divagar mil horas sobre cómo se construye lo erótico en diferencia a lo pornográfico (y no estoy hablando de la pornografía industrial, de ninguna manera) así que voy a resumir diciendo que acá hay muchísimo culeo y un fuerte laburo con lo sensorial, fundamental para el erostismo, que es siempre una invitación en cada uno de los títulos de esta compilación. En diferentes formas, lugares, momentos, sin detenerse en quién con quién sino en el puro placer. 

A la primera de estas historias, “Sobre el levante y mi trasero”, la conocí en “Pibas” editado por Hotel de las Ideas allá por el 2019 y, por supuesto, fue una de mis favoritas. Esta es, entonces, una compilación de material que ocupa el período de 2016-2024. Así nos encontramos con “El furgón, vos y yo”, “Ya no sos igual”, “Fabulosa El Dorado”, “Que respiren mis nudos”, “Si mojás me enciendo”, “Cinturongas”, “Caprichito de calor” y “Satén rosa”.

Amo pensar que se habría llevado muy bien con Ioshua con esa impunidad necesaria de mostrar pijas y culos a lo loco, con las birras compartidas en sus historias, las drogas, el punk y la euforia. “Pija mucha pija / a la tarde en mi cama toda revuelta / con el chonguito de la esquina. Un poema / cualquier poema / re manija de merca y con la remera manchada / de guasca, / mi amor, / vamos para la estación a pegar base” escribía Ioshua, el iniciador de su propia corriente, la “Nueva Poesía Gay Argentina”, en “Cualquier poema”, de “Pija, birra y faso” (Nulú Bonsai, 2009). Pero también por la intimidad. Ambxs expresan eso de lo privado que no se debería decir, que no se debería publicar y lo hacen igual porque hacerlo es necesario, es liberador. Estoy hablando de dos artistas que, a pesar de la distancia de años, siguen la misma lógica: mostrar la sexualidad, normalizarla y enfrentar a los defensores del buen gusto y las buenas costumbres. ¡Que se caguen! Gritan a dueto con sus dibujos, con sus palabras y sus ganas de reventar la mecánica hegemónica del cis-heteropatriarcado, sistema de opresión viviente a la que le damos cuerda nosotrxs mismxs ocultando ese pedacito de “perversxs” y fetichistas que tenemos aunque la obligación de negarlo esté en todas partes. 

(izq) Imagen publicitaria de uno de los muchísimos e incontables fanzines de Ioshua
(der) Recorte de viñeta de ““El fuego, vos y yo” de Paula Boffo

Otras cosas a las que apunta Suki es a la visibilización del BDSM y eso me encantó en “Que respiren mis nudos”. La estigmatización de esta práctica es enorme y eso tiene correlato con los idiotas que se inmiscuyen en las comunidades para hacerse pasar por dominantes o “amos” cuando no son más que los machistas de mierda que no quieren hacer otra cosa más que cagarte a palos sin que te quejes. Paula nos da la contrapartida, “Que respiren mis nudos” como una muestra de confianza, consentimiento, empatía y liberación en un vínculo en el que la comunicación es fundamental como muestra de respeto. 

Sigue esta línea en “Si me mojás me enciendo”, donde el trío y el deseo se unifican después de una buena escena de masturbación de la protagonista y es una cosa preciosa. Cuántas pajas de chabones vi y acá tenemos una con una concha en primer plano para compartir un poco del placer propio. Al mismo tiempo, lxs amigxs. Esxs que ocupan (y/o ocupamos) el territorio de los feminismos y los militan (guiño con el pañuelo verde en el cuello) pero no pueden huir de las redes de la manipulación. Hay que escuchar a lxs amigxs, loco. Al mismo tiempo, los vínculos sexo-afectivos se muestran flexibles, libres, sin tapujos ni prohibiciones porque la sexualidad y la sensualidad pueden compartirse.

Por otro lado, es genial que entre todo esto esté una guía sobre cómo usar cinturongas ya que, desde las primeras historietas, es un elemento que se ve y se utiliza con pasión. Esta es una colaboración con Kinky Vibe: “Un emprendimiento autogestivo disidente, con una tienda erótica y de cuidados, así como una Editorial y un espacio virtual de formaciones”. Muy copado para pegarte un lindo viaje por el BDSM y agarrarle la mano a la plenitud del garche o la autoexploración con muchos recursos piolas.

Y bueno, “Satén rosa rosa” vayan a leerlo ustedes porque ahí explota.

Si no lo leíste todavía, estás a tiempo para terminar el año con un buen viaje. Si no, dejátelo para dentro de dos días y empezá con todo.

Si lo leíste, ya sabés de qué hablo y por qué es necesario tener esta lectura a mano.

Nota del editor: Evidentemente Rocío quería hacer una reseña y usó el espacio para desentonar con el resto del staff y extenderse más que el resto. ¡Kudos!

Viaje a Venecia de Enrique Breccia (Doedytores)

Por Facundo Vazquez

Este fue, sin dudas, el año del Churrique en Argentina.
En abril de 2023, cuando el maestro tuvo la enorme amabilidad de concederme una entrevista, todavía me estaba lamentando de la cantidad de material sin reeditar del autor, e incluso, la enormidad de su obra que permanecía inédita en nuestro país.
Pero ese mismo año, allá por octubre, la cosa empezó a cambiar con la edición de Lovecraft a cargo de Hotel de las Ideas.
Desde entonces, le siguieron La soldadera (que Danilo Guida reseña en esta misma nota), Los enigmas de Pami y Metrocarguero que lo tiene a cargo de los guiones. Las tres dentro del catálogo de Deux Studio.
Por su parte, otros dos libros del autor fueron publicados por la histórica Doedytores: Oro blanco y, el que ahora nos ocupa: Viaje a Venecia.
Antes de seguir quiero hacer dos aclaraciones: La primera es que, además de a los respectivos editores, buena parte de este rescate debemos agradecérselo al compromiso de Martín Breccia y Mariano Buscaglia. Vaya el honor a quienes honor merecen.
La segunda es que, tanto por la relevancia de las obras como por la calidad de las ediciones, cualquiera de esos libros podrían incluirse dentro de esta selección de lo mejor del año. Elijo Viaje a Venecia solo porque considero que es la que tiene más material inédito o inconseguible.
Hablando de eso, vale la pena mencionar que el Viaje que le da título, solo ocupa dieciocho páginas de las casi cien que tiene el álbum. Se trata de tres historias que fueron publicadas originalmente dentro de un proyecto entre distintas entidades oficiales por la celebración de los 1600 años de la ciudad. Los guiones son de Bárbara Pilón (veneciana y esposa de Enrique) y dos de ellos tratan sobre episodios muy breves de personajes conocidos pero de una relevancia histórica muy secundaria dentro de la ciudad.

Lo más importante de estas páginas es que nos muestra un estado de evolución en la técnica de Enrique que no tiene nada que ver con sus obras anteriores. Hay unos grises llenos de tramas alucinantes que se habían insinuado en “Reunión” pero que acá van un paso más adelante y prefiguran parte del estilo que usará el autor en sus ilustraciones editoriales actuales como la de Rebelión en la granja de George Orwell.
Completan el volumen historias publicadas en ambas encarnaciones de Fierro, Puertitas, Skorpio, la inédita “Vida de perros” y dos que aparecieron en la revista Jotapé de las que, muy probablemente, el público no tuviera ni noticias… Salvo que siguieran las publicaciones de la Juventud Peronista a fines de la década del ochenta.

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Las mejores historietas argentinas del 2024 según Legado de Orfeo

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