Una exploración de Vertigo a través de esos cómics que no aparecen en cada lista de recomendaciones.

VERTIGO: B-Sides vol.1

El viejo lado B. Esa canción que acompañaba en el lado reverso del disco, a la canción principal, y que muchas veces no llegaba a formar parte del mismo. Es así como algunas han quedado relegadas o “tapadas” por su contraparte más popular, pero eso no implica que sean malas ideas, de hecho, algunas son verdaderas gemas. Teniendo en cuenta la gran oferta que ha tenido el sello Vertigo, se podría hablar de un fenómeno similar en cuanto a su producción. A aquellos títulos que no han tenido la suerte de la masividad, o incluso no son tan buenas pero al menos interesantes, está dedicada ésta columna. Aquí no vamos a hablar de Sandman, Hellblazer o Preacher. Simplemente trazaremos una ruta en orden alfabético desde la A (bueno, un poco antes) hasta la Z, como excusa para rescatar algo del vasto material que produjo el sello que nació hace 32 años, y hoy pareciera estar por volver. 

(Para más información, podes leer la nota de los orígenes de Vertigo…)

UN MÍNIMO DE CONTEXTO Y COMENZAMOS

Cuando Vertigo inicia su andar, por 1993, Karen Berger propuso una estrategia bastante agresiva para establecer y promover el sello: cada semana saldría un número de una serie ya regularizada (ahora adoptada por Vertigo) y uno de una serie nueva. Esto significó un gran volumen de oferta en los primeros años, pero también relegó a muchos títulos a quedar “tapados”. Y al margen, 1993 fue un año tumultuoso para el comic: Image seguía su expansión, la saga de la muerte de Superman continuaba con Reino de Supermanes, Azrael tomaba el manto de Batman, se presentaba la línea 2099 en Marvel y Hellboy hacía su primera aparición en Dark Horse (y varias cosas más). Pero éstos títulos que pasaron por debajo del radar cumplían su función de traer historias originales, plasmar las voces de sus autores y en el medio intentar captar público de otro género. Hoy repasamos tres de ellas.

AHORA SÍ.

2020 Visions
(Jamie Delano, Frak Quietly, James Romberger, Warren Pleece y Steve Pugh, 1997)

De 1997 a 1998 Jamie Delano (Hellblazer, Animal Man) junto a cuatro artistas comenzaron un proyecto que, como mínimo, se podría decir que era ambicioso. 2020 visions era una serie de ciencia ficción con pequeños arcos de tres números, para finalizar con una docena en total. Cada historia nos presentaba un escenario y una premisa diferente (aunque supuestamente están conectados).

En Lust For Life (por Frank Quitely) estamos frente a un mundo golpeado por una enfermedad contagiosa y una sociedad polarizada al extremo. El protagonista, Alex Woycheck, es un contagiado más y se las rebusca viviendo en la peor zona posible, y es lo que probablemente lo ha vuelto un ser bastante cínico. Pero tiene un plan. Y aunque este plan ponga en riesgo a la única mujer que amó de verdad, Woycheck no parece importarle demasiado.  
La Tormenta (con dibujos de Warren Pleece) tira un poco más a una ciencia ficción de tintes ecologistas. El calentamiento global y los mares que crecen año tras año son las causas que azotan a una Miami muy venida a menos. Eso sumado a la “Gran tormenta”, que paranoiquea a muchos. Jack Atlanta es un detective que ya está acostumbrado al hábitat, y tiene que lidiar con la mafia y el contrabando ilegal, filtros para casi todos los insumos necesarios. 
Renegade, el tercer arco, (por James Romberger) se da lugar entre lo bélico, la segregación y algo de western. Si bien toda la serie mantiene un tono muy bajonero, éste arco, junto con el primero, es el más difícil de leer por la desolación que se palpa en sus páginas. Y esto se puede ver claramente en la “inocencia” del protagonista, Ethan McWirther, que con dieciocho años es obligado a colaborar con una milicia revolucionaria muy radical siendo muy joven para los horrores que le depara el camino. 
Y el último arco, Repro-Man (con dibujos de un prematuro Steve Pugh), tiene una orientación cuasi cyberpunk y es por suerte el más liviano de las cuatro historias. El relato nos introduce a un futuro donde embarazarse es ilegal y la población masculina se redujo a un mínimo. Allí tenemos a Adam, el último gran espécimen de la masculinidad, el cual se convierte en un objeto más que preciado. Lamentablemente es incapaz, tanto física como mentalmente, de tener relaciones con el sexo opuesto y es tanto el drama como la raíz de situaciones de humor.

En resumen, 2020 Visions fue un ejercicio de escritura donde Delano dio rienda suelta a la creatividad, probando varios tipos de ideas. Tanto en world building, como la sensación de un mundo que se va a pique, son elementos a resaltar, pero en general deja poca sensación de cierre o cierre satisfactorio. Pero lo bueno y breve es dos veces bueno. Eso dicen.

A History of Violence
(John Wagner y Vince Locke, 1997)

Durante los primeros años del sello, y por la necesidad de engrosar su oferta, los editores estuvieron a la caza de historias que tuvieran algo distintivo y a la vez pudieran traerse y ser parte de la nueva propuesta. Así es como Enigma (Milligan & Fegredo) y Mercy (DeMatteis & Johnson ) encontraron nueva casa y es también el caso de A History of Violence (John Wagner & Vince Locke), que fue editada por Paradox Press y quedó libre cuando ésta cerró.

A History of Violence” es la historia de Tom McKenna, un hombre de mediana edad y amable como cualquier vecino, y dueño de una humilde cafetería del pueblo. Un mal día entran dos personas con intención de robar y cuando  la situación se pone muy tensa y violenta, McKenna los detiene, dando muerte a uno de los delincuentes. Ahora John McKenna es el héroe del pueblo.

Los medios lo destacan  en las noticias, pero él no quiere más que cerrar el tema lo antes posible. Tal exposición le trae más malas noticias. Alguien cree reconocerlo y viaja desde Nueva York para cerciorarse si ese tal McKenna no es con quien tiene una deuda pendiente desde hace décadas con la mafia.

No puedo ser demasiado objetivo con “A history of violence”. Creo que Wagner logra un equilibrio preciso entre caracterizar la vida tranquila en un barrio tranquilo con la acción y el horror que inevitablemente se desata, y la clave para lograrlo es el protagonista. Uno ve en Tom cierto crecimiento, poniéndose a la altura de la situación, pero no es más que correr la cortina y complejizarlo, conjugando lo que fue con lo que desea ser. Y el estilo de Locke también se muestra como algo que podemos encontrar en una novela slice of life independiente, y luego se convierte en un cuento de terror. Como si combináramos el Eddie Campbell de “Alec” con el de “From Hell”. Y llegando al final es cuando más pienso en las barbaridades del libro sobre Jack El Destripador.

En 2005  David Cronenberg adaptó la historia al cine, con algunos cambios mínimos (bueno, salvo al final que es donde realmente se distancian), con un reparto compuesto por Viggo Mortensen, Ed Harris y William Hurt. Así que ahí tienen otra película adaptación de comic si no lo sabían ya.

Breathtaker
(Mark Wheatley y Marc Hempel, 1993)

Chase Darrow es una joven que tiene una adicción por demás extraña: necesita a toda costa encontrar a su verdadero amor. El problema es el destino fatal que encuentran los elegidos por Chase, la cual es irresistible para cualquiera. De hecho el relato comienza con ella escapando de una escena del crimen, que tiene como víctima a su último amante. 
En el transcurso de su viaje (interno y externo) conocerá a The Man, un “súper” héroe con programa de televisión propio, que pone en pausa su misión (detenerla por causarle muerte al presidente de la cadena) y se enamora perdidamente de la joven al encontrar en ella rasgos en común con su propia vida. Ésta conexión recíproca dispara nuevos plots que reavivan el relato y le agregan más sabor a la obra en general.  

Breathtaker” se mueve entre enredos, culpa, e introspección con alguna dosis de humor que aligera la situación. El guion de Wheatley es dinámico y con varios temas interesantes, pero creo que la verdadera estrella es, por lejos, el dibujo y el color. No dudo en que es de esos trabajos que te pueden convertir en fanático de un autor. El color, para aclararlo de antemano, le corresponde a Wheatley, y es tan protagonista como el maravilloso trabajo de Hempel, que saca a relucir todos los recursos de los que dispone. Es sencillo o detallista cuando lo necesita, y cumple muy bien con las escenas de acción. A veces se toma su tiempo en plantear una secuencia a lo largo de varias viñetas dejando en claro que la narración (o su “secuencialidad”) es algo inevitable de destacar. Y el color es no convencional, con muchos tonos y decisiones jugadas que crean ambientes exquisitos y llamativos.

Breathtaker fue publicado como cuatro números en 1990, luego recopilado, y ahora trasladado, al sello Vertigo, con un prólogo nuevo a cargo de Neil Gaiman. Años más tarde los autores iniciaron una campaña en indiegogo para remasterizar el libro y relanzarlo. A continuación el video promocional en el que ellos mismos hablan del proyecto:

Hasta acá la primera entrega de los “lados B” de Vertigo, la cual nunca va a carecer de material que valga la pena rescatar o refrescar en el caso que corresponda. En la próxima veremos títulos con las letras C, D y E. ¿Cuáles creen que serán?

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