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Vertigo B-Sides: Morrison Edition 

La presente entrega de la columna de lados B de Vertigo ha sido invadida por un escritor muy particular: el escocés Grant Morrison. Siendo un guionista de vasta trayectoria en el sello, pudimos respetar el orden alfabético que la columna mantiene, y a la vez hacer algo distinto, reflejando tres facetas diferentes que conviven en su obra.

Y para empezar con el pie derecho, nadie mejor que Maximiliano Britos para hablar de Invisibles. Comencemos.

The Invisibles (con Steve Yeowell y Phil Jimenez)

(por Maximiliano Britos)

Este comic es la condensación absoluta de todas las creencias, paranoias y traumas de Grant Morrison. Es su obra más personal, la más autobiográfica (según él, ey) y la que más mística tiene. Magia del Caos Nivel 1, es la mejor forma de empezar junto a las lecturas de Phil Hine. Desde el legendario hypersigil que creó para que la serie no sea cancelada en el correo de lectores, el plagio sufrido en Matrix con escenas calcadas del comic… La idea de plasmar a King Mob, el protagonista de la obra, como una faceta alterna de él mismo para poder cumplir con sus promesas y demandas vudú en la vida real…Hasta una supuesta abducción en Katmandú, que lo iluminó para crear esta Obra. Morrison enfermando cuando King Mob la pasaba mal, y mejorando de una enfermedad sin nombre cuando el personaje se encarrila. 

Sí, creer o reventar, comprar el humo de Morrison o disfrutarlo como parte de su realidad. Si uno leyó Animal Man y entiende que Buddy Baker salió del mundo del comic para conocer a su creador, en un ejercicio demiúrgico y metaficticio tremendamente aclamado… acá es al revés: Nosotros creamos esta realidad nueva, este mundo de viñetas, para poder hacer lo que no podemos hacer. Morrison se negaba a destruir auras, pero King Mob puede. King Mob puede tener un tatuaje. King Mob es torturado por los secuaces del orden.

Invisibles es un extraño grupo de personas que emanan anarquía por todos sus poros. Combaten a un sistema representado por arcontes que lavan cerebros tal Agentes de la Matrix y docentes de The Wall en Pink Floyd. Jack Frost, el indiscutido corazón de la obra, es un personaje que no quiere dejarse manipular por el mundo impuesto, y su habilidad reside en no seguir órdenes.. Básicamente en ser un rebelde. El mundo está siendo invadido, la gente es manipulada. Si uno necesita un Dios como guía, puede crearlo: Enter the Lennonhead. El Dios psicodélico, la ciudad respirando y viviendo, la disruptividad alcanzada con los personajes de Doom Patrol acá alcanza un nivel estable y orgánico.

Invisibles es una lectura que puede ponerse densa o ser difícil. Puede ser algo irregular, incluso podemos esperar una cuarta parte infinitamente y nunca pasará. Pero así está bien, es una obra redonda para el lector exigente, y una fundamental para el lector de Morrison. 

Yo ya mencioné Animal Man, también Doom Patrol. Son las obras que siempre suelen mencionarnos para arrancar con el mundo de Morrison. Algún aventurero puede tirar Arkham Asylum. Y no se equivoquen: Si les dicen que comiencen con Invisibles están equivocados. Esta lectura es tan absurda como seria, pero exige más o menos tener una idea de los mambos del autor para poder apreciarla en su totalidad. Quizás tanto cambio de manos en el dibujo sean contraproducentes, pero a lo largo de sus 3 volúmenes con 59 números en total, considero que es una obra fundamental y uno de los mayores hitos de Vertigo.

Joe The Barbarian (con Sean Murphy)

El contraste que plantea Joe, con respecto a lo recién expresado con Invisibles, no podría ser más evidente. Mientras que el cómic de King Mob es cuerpo y espíritu del guionista, en Joe The Barbarian pareciera estar jugando a ser alguien completamente distinto. Quien haya leído Happy! seguro pensó algo similar al encontrarse con una premisa cerrada y con gancho, y eso es porque las dos son “high concepts”, una premisa concisa con los elementos que la hacen funcionar bien expresados. Pero la premisa no es la ejecución, así que veamos más en detalle qué es Joe The Barbarian.

El pequeño Joe no la está pasando muy bien al comenzar el relato. Su padre murió recientemente y es maltratado en la escuela, pero de esto hay que quedarse con su introversión y una tendencia a escapar a un mundo interior, la cual se despliega cuando se encuentra sólo en su casa. Una vez allí, y siendo diabético, Joe sufre de un ataque de hipoglucemia y falta de hidratación. Así se abre la brecha, alucinógena, entre realidad y ficción. Por un lado tenemos los grandes y permanentes riesgos de salud que presionan, y por el otro un mundo fantástico con personajes de lo más variado. Joe empieza así una suerte de viaje del héroe, encerrado en los ambientes de su propio hogar. Desde su ratita mascota hasta los juguetes más variados, todos se vuelven personajes en una (más o menos) épica fantástica, como un velo que tapa la realidad.


Dos cosas a destacar. Por un lado el dibujo de Sean Murphy eleva un relato imperfecto, teniendo que ponerse en la imaginación del niño y construir y caracterizar todo lo que pueda. Está a la altura y más. Por otro lado, la historia peca de alargar algo que, como dije, es más un high concept, algo que se articula mejor con la síntesis. Concluyendo, Joe The Barbarian es un libro por el que se puede empezar a leer al guionista. Hay que hacer caso omiso de todo lo que dicen de él (refiriendose a otras obras más “locas”), y no exigirle tanta creatividad o personalidad. Es el que más le puede gustar a ese amigo no tan comiquero.

KILL YOUR BOYFRIEND (con Phillip Bond)

¡Atención! Esta no es la típica historia que muchos esperan del autor escocés. !Atención (de nuevo)! ¡Posiblemente no esperan esta historia de nadie!

Kill your boyfriend debe ser la historia más periférica en relación al corpus más popular de Morrison, pero es la principal razón por la fue elegida para la columna (sorry Kid Eternity). Y no solamente es perifiérica por no ser popular sino porque procura alcanzar nuevos o inexplorados horizontes por él mismo, jugar en cancha visitante, o salir de la zona de confort. Incluso si es algo mucho más sencillo de lo que acostumbran. Las otras obras reseñadas en este mismo artículo son, una más representativa de la identidad del autor, y la otra una idea que podrían tener muchos autores. Kill your boyfriend es la más “under” si se quiere. 

En KYB la protagonista no tiene nombre, y no lo necesita, porque no importa quién es cuando la conocemos, sino quien será, pero las dos cosas son productos del contexto. La protagonista vive en un mundo ajeno a ella. Todos parecen personajes secundarios en su propia película y la escuela, sus padres, el novio y la realidad entera es solo ruido de fondo, y ella no va a aceptar esto como su futuro. Allí entra el segundo personaje importante, un joven, mayor que ella, que la saca violentamente de ese destino anodino y con un rito de iniciación muy violento: matando al novio. Luego parten en un viaje como unos Bonnie & Clyde adolescentes, que roban, tienen sexo (con varios) sin un horizonte claro o propósito.

Lo que sigue es un comic con un tufillo muy británico (tendría que aclarar que el arte corre a cargo de Philip Bond, también birtánico). Una aventura sexual, inmoral y de un humor negro en el mejor de los casos, motorizada por un mal romance adolescente. No porque lo haya querido, sino porque lo necesitó para salir del lugar en el que estaba, para dejar de ser ella un rato y escribir la (¿o su?) historia como le plazca. Perdón, ya estoy mezclando autor y personaje. Me olvido que Morrison jamás haría algo así.

TERMINANDO

Grant Morrison es un autor con tantos trabajos que se podría hacer una columna interminable (como se ha hecho en comiqueando ya) pero en esta ocasión fue para darle un poco de variedad y jugar con la suerte de la continuidad alfabética. Con la próxima columna volvemos a la programación habitual. Nos leemos.

Anibal Berrey

Como guionista frustrado, me puse a leer toda la historieta a mi alcance y de algún modo terminé acá.